Caballero: Me crezco "en plazas de relojes grandes y enfermerías buenas"

  • Javier López.

Javier López.

Madrid, 10 ago.- La gran sensación de la novillería actual se llama Gonzalo Caballero, un joven madrileño que, a día de hoy, es el triunfador de su escalafón en cosos de primera categoría, algo que le "enorgullece", pues, como él mismo asegura en una entrevista a Efe, se crece "en plazas de relojes grandes y enfermerías buenas".

Con sólo 23 años y dos temporadas toreando con picadores, Gonzalo Caballero ya sabe lo que es triunfar en plazas tan importantes como Madrid y Sevilla, dos marcos que le han permitido no sólo relanzar su carrera esta temporada sino también dejar poso y buen ambiente entre dos de las aficiones más entendidas del mundo.

"No se por qué, pero, cuando me anuncio tanto en Sevilla como en Madrid, me crezco de una manera impresionante, como si no me importara lo que pudiera pasarme con tal de lograr el objetivo. Creo que esa es la forma de mostrar el toreo más puro y verdadero, el que de verdad llega a la gente y quiero siempre interpretar", manifesta Caballero.

Y ese toreo de tanto aroma como personalidad ya ha calado hondo, fundamentalmente en la plaza de Madrid, donde este año, además de paladear las mieles de cortar una oreja en dos de las tres tardes que ha actuado, también ha sufrido uno de los percances más graves de su carrera.

Fue en su segunda comparecencia, el 13 de julio, al interpretar un quite por gaoneras, cuando el novillo le arrolló violentamente, quedándose el hombre inerte en el ruedo con un fuerte traumatismo en la cabeza, lo que le impidió redondear una Puerta Grande que tenía entreabierta al llevar ya cortada una oreja de su primero.

"Eso fue lo que más me fastidió, el no haber podido rematar la tarde, y más aún cuando me dijeron que el novillo que me hubiera correspondido había sido bueno. Me dio mucha rabia. Entre los dolores y mareos que tenía, y esa frustración, no pude dormir bien en varios días", recuerda Caballero.

"Pero ese mal sabor de boca hizo que la siguiente tarde en Madrid saliera otra vez a por todas, a desquitarme como fuera, y eso que no estaba ni al cincuenta por ciento de mis facultades, pero esa fuerza interior, esa rabia contenida, al final me permitió cortar otra oreja", apostilla.

Madrid es la plaza con la que Gonzalo Caballero sueña, cruzar el umbral de su Puerta Grande es lo que "más feliz" le haría en la vida, "pues, si tocar pelo ya es una sensación única, algo que da una fuerza interior increíble y te hace evolucionar casi de inmediato, salir en volandas hacia la calle Alcalá debe de ser la gloria".

"Siempre digo que mi mejor escuela ha sido el tendido de Las Ventas -señala-, donde se aprende que los conceptos de entrega y pureza son claves para trascender. En este sentido, es lo que busco siempre que me pongo el traje de luces: ser lo más auténtico posible a la hora de torear".

"Prefiero mil veces quedarme en el camino siendo fiel a mí mismo, a llegar a la cima por el trayecto fácil y renegando de mis principios, pues no toreo por fama ni por dinero, lo hago por felicidad, por las sensaciones únicas de pegarle quince o veinte muletazos buenos a un toro", añade.

Y de esta forma, fiel a sí mismo, Caballero protagonizó una curiosa anécdota al ataviarse el pasado 26 de mayo, durante la Feria de San Isidro, con un capote de paseo bordado con el escudo del Atlético de Madrid, dos días después de que el equipo de la ribera del Manzanares perdiera la final de la Champions League frente a su eterno rival, el Real Madrid.

"Gracias a dos amigos míos que trabajan en el club, me prestaron un capote que forma parte del museo del Atlético y pude hacer así un gesto de reconocimiento al equipo de mis amores y con el que me siento muy identificado. Apelando a la filosofía de Simeone, yo voy también 'partido a partido', en este caso 'tarde a tarde', luchando y abriéndome hueco en la profesión que más feliz me hace", concluye. EFE

jlp/ram

(Archivo en www.lafototeca.com 6861371 y otras...)

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