Cariñosa oreja para Alberto Álvarez de parte de sus paisanos

  • Zaragoza.- El torero de la tierra Alberto Álvarez cortó la única oreja de la tarde, un trofeo que contó con el cariño del paisanaje, hoy en Zaragoza.

Cariñosa oreja para Alberto Álvarez de parte de sus paisanos
Cariñosa oreja para Alberto Álvarez de parte de sus paisanos

Zaragoza.- El torero de la tierra Alberto Álvarez cortó la única oreja de la tarde, un trofeo que contó con el cariño del paisanaje, hoy en Zaragoza.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Partido de Resina, bien presentados, nobles, desrazados y sin clase, que en general dieron poco juego. El más toreable, el segundo.

Juan José Padilla: estocada caída (ovación); y estocada ligeramente desprendida, descabello y estocada caída (silencio tras aviso).

Alberto Álvarez: casi entera y dos descabellos (oreja tras aviso); y casi entera perpendicular y trasera, nueva estocada y dos descabellos (ovación).

Iván Fandiño: metisaca y estocada contraria (ovación); y estocada que hace guardia y dos descabellos (ovación tras aviso).

En cuadrillas, Miguel Ventura "Venturita" y Jesús Arruga saludaron tras parear al quinto.

La plaza tuvo casi media entrada.

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POCA HISTORIA PESE AL SOLITARIO TROFEO

Padilla tan sólo pudo brillar en su primero en los dos primeros tercios. Tras una larga cambiada de rodillas en el tercio, el torero jerezano se estiró con garbo y buen aire a la verónica. Con las banderillas firmó tres pares de alta nota. Pero hasta ahí. En la muleta el toro, muy corto de viaje, no humilló, derrotando además al final de cada pase.

Con el cuarto, más parado incluso que el anterior, tan sólo pudo justificarse Padilla de nuevo con "los palos", pues en la faena de muleta fue un constante quiero y no puedo, en el que se impuso la deslucida condición del toro.

Padilla quiso mucho, e incluso dejó pasajes sueltos de cierto interés, aunque en conjunto nada consiguió resolver. La ovación que recibió, premio al esfuerzo realizado.

El local Alberto Álvarez aprovechó al toro más potable del envío, el segundo, para instrumentar una faena pulcra, templada y limpia, en la media distancia primero, y más ceñido al final, sin embargo, sin entrar en profundidades. Prácticamente todo por el pitón derecho, pues por el otro lado el animal se negó.

No pudo redondear triunfo con el quinto, toro grandón, que cumplió en varas, pero que en la muleta se negó desde el primer momento. Faena de muchas ganas por parte del torero de la tierra, que no llegó a nada. Fue ovacionado.

El tendido estuvo muy con él, tanto que a pesar de los dos descabellos que precisó después del primer viaje con la espada, cortó una cariñosa oreja.

Fandiño no tuvo toro propicio en su primero, muy corto de embestida, sin clase y con tendencia a salir suelto de los engaños. Labor de tesón del torero vizcaíno, que no llegó a ninguna parte, no obstante, tanto empeño le valió una ovación al final.

Volvió a imponerse Fandiño al deslucido comportamiento del que cerró plaza, un toro, como toda la corrida, muy agarrado al piso, y sin ánimo de embestir, con el que llevó a cabo una labor valiente y decidida, que le valió otra ovación.

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