Carlos G. Reigosa publica su primer poemario, "Kid salvaxe"

Santiago de Compostela, 11 jul.- El novelista Carlos González Reigosa ha presentado hoy en Santiago de Compostela su primer poemario, "Kid salvaxe" (Edicións Xerais de Galicia).

Tanto el autor como su editor, Manuel Bragado, resaltaron en conferencia de prensa cómo Reigosa se encuentra más cómodo en otros géneros, en los que, reconoció el autor de "Crime en Compostela", se puede escribir desde fuera del corazón, o, en caso de hacerlo desde dentro, como en la poesía, el lector puede creer que es ficción.

"No soy poeta, ni me siento poeta, pero hice poesía toda la vida y leí poesía toda la vida", insistió.

Sobre "Kid salvaxe", dijo que se trata de poesía "condicionada" por una situación vital marcada por la pérdida de su padre, que recoge en uno de los poemas, y que es una poesía "cargada de memoria, de pasado", que le sorprendió a él mismo, al recordar la poesía de sus encuentros con Celaya, Blas de Otero o Celso Emilio, poesías "cargadas de futuro".

Como Bragado, vinculó esta obra con "Os outros disparos de Billy", que eran "casi poemas" y también estaban cargados de futuro, como los de su otra referencia poética, Bob Dylan, aunque éste también hoy en la memoria, tras su decepción en el último concierto, en Villalba, donde cantó de espaldas al público, lamentó.

Aunque dudó de si este libro se debió publicar, explicó que tiene una unidad, la que le confiere a estos poemas hablar "desde el mismo ángulo, con la misma mirada".

Por su parte, Manuel Bragado apuntó que Reigosa es "uno de los autores totales, de los escritores de referencia de las letras gallegas en las últimas tres décadas", que con la publicación hace 30 años de "Crime en Compostela""inició uno de los cambios más profundos" de la literatura gallega.

Reiteró que se ha dedicado más a la narración, el ensayo o la literatura periodística, pero agregó que "Kid salvaxe" es "un poemario potente, importante", a pesar de que se pueda considerar novedoso en su "catálogo" literario, en el que consideró, no obstante, que está imbricado y mantiene los ejes que figuran en toda su producción, la identidad y la memoria.

Tanto autor como editor se refirieron a la imagen de la portada, un boxeador, de Miguelanxo Prado, enmarcado por las frases "la vida no es un lugar para estar muerto" y "nunca dejaré de ser lo que no soy".

Esta imagen dio pie a Reigosa a confesar en público "algo que nunca dije": que con 18 o 19 años, aunque nunca subió al ring, fue boxeador y compartió espacio en el gimnasio del Palacio de los Deportes de Madrid con figuras como Legrá, Folledo o Velázquez.

Agregó que siempre ha tenido una imagen poética del boxeo y la vinculó con la vida, en la que siempre sale alguien o alguna circunstancia con la que hay que enfrentarse.

Bromeó que fue una de estas figuras, la de su rival en un campeonato en el que estuvo a punto de participar, que por su envergadura de hombros le hizo pensar que era mejor pensarlo dos veces y concluir con la frase que alguien le dijo: "No teniendo hambre, lo del boxeo no es recomendable".