Madrid, 9 jul.- Los estragos de una dictadura pueden hacer tanta mella en los verdugos como en las víctimas, una premisa de la que parte la cinta "Carne de perro", nuevo trabajo del director chileno Fernando Guzzoni.
El filme indaga sobre el estado emocional de un extorturador del gobierno de Augusto Pinochet, sus fantasmas, su enajenación y su soledad, con un ritmo lento y escenas incómodas que buscan el desasosiego del espectador en todo momento.
Alejandro, el protagonista, deambulará por un mundo caracterizado por el complejo de culpa y la lealtad a sus antiguos valores, mientras lidia con su delicada salud física y mental, una esposa que le alejó de la hija de ambos y un perro que termina por abocarle a la locura.
"Carne de perro", ganadora del premio "Nuevos Directores" del festival de cine de San Sebastián, supone la segunda incursión en la pantalla grande de Fernando Guzzoni tras el documental "La colorina", estrenado en 2008 y que abordaba la vida de la poeta chilena Stella Díaz Varín.
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