Chavarrías cuestiona en "Dictado" cuáles son los monstruos de la infancia

  • Alicia G.Arribas.

Alicia G.Arribas.

Madrid, 5 mar.- El realizador catalán Antonio Chavarrías, director de títulos como "Susanna" (1996) o "Volverás" (2002), vuelve a ponerse tras las cámaras para contar un cuento trágico, "Dictado", en el que el remordimiento de un niño acaba destrozando la vida del adulto en el que se convierte.

Con "Dictado", dice el director, "quería construir una historia oscura, que creciese como una amenaza inconcreta que poco a poco fuese adueñándose de todos los personajes hasta hacerlos víctimas de un peligro incierto pero cada vez más real e inmediato. Una historia de fantasmas, pero sin fantasmas", resume.

Y no se le ocurrió mejor cosa que poner en las angelicales espaldas de una niña de siete años, la debutante Mágica Pérez, el saco con todos los temores ancestrales del hombre.

"Quería saber hasta qué punto el mal puede nacer de la inocencia y puede crecer en un entorno luminoso, racional, cotidiano y con personajes que sólo buscan la felicidad", detalla en una rueda de prensa celebrada hoy en Madrid, flanqueado por los actores principales, Bárbara Lennie y Juan Diego Botto.

Chavarrías muestra, al comienzo del filme, a Laura (Lennie) y Daniel (Botto), como dos jóvenes profesores enamorados y felices, que intentan tener un hijo, aunque ella acaba de abortar.

Esa necesidad, opina la actriz, "marca a Laura, y la falta de ese niño juega mucho en la película".

Un antiguo amigo de Daniel, al que casi ha borrado de su memoria, aparece de repente para pedirle, muy alterado, que conozca a su hija, pero él le rechaza y a los pocos días, el amigo se suicida.

A partir de este momento, la película se torna un retorcido amasijo de dolorosos recuerdos que han permanecido ocultos en el interior de Daniel sobre un suceso de su infancia que Laura desconoce, aderezado por el deseo de ésta de ocuparse de la pequeña huérfana.

Cuando la niña va a vivir con ellos, Daniel inicia un descenso a la locura, incapaz de ver en Julia más que su culpa materializada.

"Me encanta la comedia -apunta Botto- pero siempre me ofrecen papeles como éste, con mucho mundo interior, con esta capacidad de sufrir y todo para dentro", aunque reconoce que la forma de rodar de Chavarrías, cronológica, le ha permitido "arriesgar más, porque sabes que lo que hagas no te va a condicionar el final".

Concebida como un "cuento perverso", ha terminado siendo terrorífico por casualidad, dice Chavarrías, ya que "no tenía intención" de hacer una película de terror.

Sin embargo, reconoce que gracias a esa particularidad, "Dictado", que fue la única película española nominada al Oso de Oro de la Berlinale, y que se estrena el próximo viernes en España, se ha vendido a mercados como Japón y China.

Chavarrías, también productor de títulos como "Carne de neón", "Elisa K" o "La teta asustada", reconoce que siente más desazón por "la incertidumbre legal" que rodea en estos momentos a la industria del cine español, que por la crisis.

"Yo siempre he hecho las películas en medio de una gran precariedad, con la sensación de que necesitas más tiempo, más medios, más de todo; pues bueno. Pero lo que más inquieta es el vacío legal. Los caminos que antes recorrías (para buscar recursos), o están desapareciendo, o no sabes en qué territorio van a quedar", afirma.

"Todo son incógnitas", opina, y añade que en España ni hay tradición de "mecenazgo" ni ve que este sea el momento de convencer de las bondades de invertir en cine "tal como van las cosas, en la situación actual de tanta debilidad económica".

El cineasta considera que "hay muchas cosas en el aire", que la industria del cine en España "es muy frágil" y que "no se puede permitir, según por donde vaya la ley, dos o tres años de parón"; de ser así, concluye, "será el fin de muchas productoras".

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