Chucho Valdés dice que es el sueño dorado de cualquier artista, de cualquier músico

  • Madrid.- Los pianistas cubanos Bebo y Chucho Valdés serán investidos el 7 de mayo Doctor Honoris Causa por el Berklee College of Music de Boston (EEUU), un reconocimiento que dará "una dimensión mayor al conjunto de los músicos que comparten las raíces del jazz latino", ha dicho a Efe Dioniso de Jesús "Chucho" Valdés.

Chucho y Bebo Valdés, doctores "honoris causa" por la Universidad de Berklee
Chucho y Bebo Valdés, doctores "honoris causa" por la Universidad de Berklee

Madrid.- Los pianistas cubanos Bebo y Chucho Valdés serán investidos el 7 de mayo Doctor Honoris Causa por el Berklee College of Music de Boston (EEUU), un reconocimiento que dará "una dimensión mayor al conjunto de los músicos que comparten las raíces del jazz latino", ha dicho a Efe Dioniso de Jesús "Chucho" Valdés.

Con este nombramiento la música cubana y el jazz latino "están de enhorabuena", aunque para Chucho este reconocimiento se debe a la obra de su padre, con quien grabó en 2009 el álbum "Juntos para siempre".

"Es el sueño dorado de cualquier artista, de cualquier músico", ha manifestado Valdés, orgulloso del doble doctorado y de ser hijo de "uno de los grandes creadores de la música cubana", además de un compositor con "una trayectoria e influencia" que ha pesado sobre "otras generaciones".

"Cuando era un niño le prometí (a Bebo) que no le iba a defraudar y le dije que iba a estudiar música. He seguido sus consejos y me he desarrollado como Chucho", ha manifestado Valdés, quien recuerda que Berklee le ha entregado el doctorado nada menos que a Dizzie Gillespie, Duke Ellington y Chick Corea, entre otros.

La investidura como doctor Honoris Causa es además "un homenaje al 'latin jazz', a la música afrocubana y a la del caribe", ha comentado Valdés, feliz por un reconocimiento que da una dimensión "mayor a los músicos y a la música". "Esto es tremendo", ha añadido el artista, de 69 años.

El pianista cubano vive un momento dulce tras recibir el Grammy al mejor álbum de jazz latino por "Chucho's Step", un disco que fue fruto de "la investigación y la creatividad".

Hace 35 años recibió este mismo galardón por el primer álbum publicado con Irakere, la banda con la que comenzó a experimentar y fusionar los ritmos de la tradición afrocubana.

"Nací escuchando los ritmos 'yorubas' de la santería, por entonces era estudiante de piano y le decía a Bebo cómo podrían llevarse al piano", ha indicado Chucho, cuyo esfuerzo radica en llevar los ritmos de la percusión al piano, una idea que empezó a rondar en su cabeza cuando solo tenía 8 años.

Pero Bebo no es el único mentor de Chucho, quien considera al músico Leo Brower "un guía espiritual" con el que además aprendió armonía y composición.

"Leo (Brower) es el músico cubano más importante de la historia, no del siglo XX, sino de todos los tiempos", ha asegurado Chucho, orgulloso de haber compartido con el antiguo director de la Orquesta de Córdoba 45 años al frente del Teatro Musical de La Habana.

Para la historia quedará "Misa negra", la obra maestra de Chucho, quien estrenó esta pieza de 17 minutos en 1978, y que contó con Dave Brubeck como padrino, un director de orquesta convencido de que el experimento del cubano era único.

"¿Quién había visto jazz con tambores batá?", se ha preguntado de forma retórica este autor enamorado de la fusión.

Pese a los numerosos premios y reconocimientos, este profesor de música -estudió magisterio y pedagogía- mira al futuro y prepara nuevos proyectos junto a su banda actual, el colectivo Afrocuban Messengers.

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