Cientos de mexicanos recibieron con música y danza a "Lupita" en Nueva York

  • Con mariachis, bailes folclóricos y flores los mexicanos de Nueva York recibieron hoy en una abarrotada catedral de San Patricio la antorcha guadalupana en honor a la Virgen Morena, a quien pidieron bendiciones y que se haga realidad la anhelada reforma migratoria.

Ruth E. Hernández Beltrán

Nueva York, 12 dic.- Con mariachis, bailes folclóricos y flores los mexicanos de Nueva York recibieron hoy en una abarrotada catedral de San Patricio la antorcha guadalupana en honor a la Virgen Morena, a quien pidieron bendiciones y que se haga realidad la anhelada reforma migratoria.

Cientos de mexicanos llegaron desde temprano al templo de la Quinta Avenida para agradecer o pedir favores a la Virgen, al conmemorarse el 480 aniversario de su aparición al indio Juan Diego en el cerro Tepeyac, en cuyas cercanías se erige hoy la basílica desde donde partió la antorcha hace 73 días.

Con música de mariachis, pétalos de rosas, aplausos y gritos de "Viva la Guadalupe", "Viva México" y "Viva Juan Diego" fue recibida la antorcha y unas gigantescas pinturas de la Virgen Morena y el indio Juan Diego en la catedral.

La antorcha fue pasando de mano en mano en su recorrido por nueve estados en México y 14 en Estados Unidos. Se calcula que unas 200.000 personas asistieron a su paso desde que partió de la capital de México hasta que hoy entró en el templo en manos de la mexicana Aracelys Almaguer.

"Estoy muy orgullosa de haber traído la antorcha, pero sobre todo la luz de esperanza que le llevamos a nuestro pueblo para una reforma migratoria y el Dream Act para los jóvenes, que lo estamos pidiendo", dijo a Efe Almaguer, quien estuvo acompañada a lo largo de la ruta por unos 7.000 jóvenes que se turnaron para llevar la antorcha.

Almaguer, quien reside en Texas y participa por segunda ocasión en esta iniciativa que cumple diez ediciones, agregó que esperan que la virgen les haga realidad el deseo de miles de jóvenes indocumentados de "poder ir a una escuela, tener una carrera y poder ejercerla".

Muchos mexicanos acudieron acompañados por sus hijos, algunos de ellos vestidos como Juan Diego siguiendo la tradición, como María Elena Guerrero y su niño Richard Portillo, de dos años, o Jorge y Aida Pinedo con el pequeño Jorge, de cinco meses.

Otros llevaron imágenes de la Emperatriz de América para ser bendecidas o la tenían en su ropa como Manuel Ramírez, de 30 años, e inundaron con rosas de variados colores el altar a la Guadalupana en la catedral de San Patricio.

Los devotos que abarrotaron cada espacio de la catedral, con capacidad para 2.500 personas, escucharon atentos el mensaje del obispo Josú Iriondo, quien aseguró que el mensaje de la antorcha era el de unir a México y EE.UU, "dos pueblos amigos", para que no haya barreras entre ambos.

De la misma manera que la Virgen de Guadalupe ha sido invocada contra las sequías, inundaciones o epidemias, "hoy la invocamos -dijo- para que caigan los muros y podamos vivir en armonía a un lado y otro de la frontera, para que podamos unir a las familias para que libremente las naciones puedan unirse en espíritu fraterno".

El sacerdote afirmó además que la difícil situación que atraviesa México les obliga a dejar su país, "pero es una salida organizada por Dios, por la Virgen de Guadalupe porque ustedes van a cambiar al mundo" y les exhortó a seguir soñando porque "un día de estos los muros que les separan se derrumbarán y en lugar de muros se construirán puentes".

Mientras que los mexicanos pidieron a la virgen que oiga su súplicas para que se haga realidad la anhelada reforma migratoria, también pidieron por sus compatriotas que han sucumbido a las drogas y el alcohol y por entidades como Tepeyac, que organiza la carrera de la antorcha, para que continúen ayudando a los emigrantes.

También pidieron a su Virgen Morena por trabajos dignos, jornadas más humanas y salarios justos.

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