Un cómic parodia las manías y pasiones de los forofos del fútbol

  • Adrià Serra, guionista y director de proyectos de El Terrat, y el dibujante Àlex Santaló parodian en 'Me gusta el fútbol' las manías de los hinchas. La novela gráfica enumera que todo buen futbolero lleva un entrenador dentro, que su obsesión les lleva a comparar los goles con los orgasmos y a planificar sus vacaciones según fecha de los partidos.

 'En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión; pero no puede cambiar de equipo de fútbol'. Si suscribes las palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano, el cómic Me gusta el fútbol puede convertirse en tu nueva Biblia.  

Con muchísimo sentido del humor, Adrián Serra, guionista y director de proyectos de El Terrat, y el dibujante Álex Santaló repasan en forma de cómic las obsesiones de los aficionados al balompié.Los dos autores decidieron colaborar codo con codo en la novela gráfica por su común pasión por el fútbol y su devoción por Fiebre en las gradas, la novela de Nick Hornby que cuenta la vida de un hincha del Arsenal. 

'El saber que era uno de los libros de cabecera de ambos nos dio la idea de hacer algo juntos. Y supimos que teníamos los mismos referentes. No quisimos hacer nuestro Fiebre en las gradas, pero sí nos inspiró mucho en el hecho de tomarnos el fútbol y lo que le rodea con sentido del humor', reconoce Santaló. 

La pareja de autores ha utilizado su propia experiencia y las distintas conversaciones que han tenido con familia y amigos para realizar este divertido tratado sobre las manías de los hinchas. 

Manías de fan 

Me gusta el fútbol muestra, entre otras cosas, que todo buen futbolero lleva un entrenador en su interior, especula con alineaciones alternativas y, si tiene cierta edad, añora viejos tiempos de gloria. 

Su pasión llega a tal extremo que muchos hacen alguna promesa al santo de turno para que su equipo gane un partido o competición.Como nos enseña el cómic, la obsesión de los fanáticos les lleva a comparar los goles con los orgasmos y a planificar sus vacaciones en función de los campeonatos que se jueguen en cada momento.  

Todo puede parecer ridículo para los detractores del fútbol, aunque no lo sea para aquel que ha convertido este deporte en casi una forma de vida.  

En defensa del deporte  

Me gusta el fútbol, pese a reírse cariñosamente de los fans, es un cómic que defiende a ultranza el culto al balompié. Los aficionados no son ni mejores ni peores que los apasionados por otros hobbies.  

Muchos pueden criticarles, por ejemplo, su especial afición a viajar constantemente para animar a su equipo, pero ese mismo esfuerzo lo hacen aquellos que se trasladan a un lugar recóndito para comer en un buen restaurante o los que siguen a su estrella de la música para no perderse ninguno de sus conciertos. 

La pasión por el fútbol, eso sí, es una obsesión que persigue al aficionado hasta la misma tumba. Resulta curiosa, en este sentido, la anécdota que Jordi Evolé relata en el prólogo del cómic de Serra y Santaló. 

Un antiguo verdugo le contó al humorista que el último deseo de un condenado a muerte fue saber cuál había sido el resultado de su equipo en un partido. Genio y figura hasta la sepultura.

Julio Vallejo | aviondepapel.tv
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