Correa: La novela negra cubre el vacío dejado por la novela realista o social

  • El detective Ricardo Blanco aporta al género negro la particular perspectiva de la insularidad canaria. Su autor, José Luis Correa, sostiene que "la novela negra está cubriendo el vacío dejado por la novela realista o la narrativa social".

Jose Oliva

Barcelona, 10 feb.- El detective Ricardo Blanco aporta al género negro la particular perspectiva de la insularidad canaria. Su autor, José Luis Correa, sostiene que "la novela negra está cubriendo el vacío dejado por la novela realista o la narrativa social".

Correa recuerda que "la novela negra no puede existir sin el espacio, sin la ciudad, sin el puerto, sin el terreno que pisas y, al final, es lo mismo estar en Nueva York, en Estocolmo o en Las Palmas de Gran Canaria", ha explicado en una entrevista a Efe con motivo de la Semana de Novela Negra de Barcelona BCNegra.

Aparte de su singularidad geográfica, Blanco es un detective atípico, señala el autor: "Nunca quise imprimirle un carácter pendenciero, borracho; es irónico y es detective como podría haber sido vendedor de ropa interior".

Además "no es un policía, sino un detective", porque en origen, en la primera novela que protagonizó, pretendía ser "un homenaje a los detectives americanos de las películas".

Esa característica es una dificultad añadida en España, donde los detectives no pueden tratar delitos, y para ello Blanco cuenta con su alter ego, el inspector Álvarez, que es quien le propicia los casos.

"Como Blanco es un hombre de su tiempo, que habla como un canario cualquiera, también está preocupado por la política, como cualquier otro ciudadano", y, de hecho, en la última novela, "Blue Christmas" (Alba Editorial), "la crisis sale porque es inevitable", dice.

Desde que comenzó Correa a escribir su personaje en el lejano año 2000, Blanco ha ido evolucionando "desde un mujeriego al que le daban palizas a una persona más serena, que contempla la vida de otra forma, es más reflexivo, un poco como me ha pasado a mí mismo, hasta el punto de que ya no sabes si el personaje evoluciona contigo o tú evolucionas con él".

Para Correa, escribir es "básicamente, un divertimento", porque el autor vive de sus clases en la Universidad de Las Palmas. "Escribo porque me divierto y luego para preguntarme muchas cosas, pero ante todo disfruto mucho escribiendo".

Hasta hace unos años alternaba una entrega del detective Blanco con otro tipo de novelas -una erótica, una social, otra de muerte de tanatorio-, pero al final ha desistido porque sólo le publicaban las negras.

Descarta iniciar una nueva serie, pero ve posible hacer alguna novela en la que el policía Álvarez tuviera más protagonismo, una suerte de "spin-off", tan en boga en las series televisivas.

Correa se siente como pez en el agua en un género, el negro, que "ha venido a ocupar varios espacios: el de la novela realista, de la novela social, de denuncia, de pensamiento, es decir está tocando todos los temas que preocupan al ser humano".

La novela negra, continúa el escritor canario, sirve para replantearte cualquier asunto, desde la crisis a la inmigración, el maltrato a las mujeres, las mafias, los robos o la corrupción política. "La crisis de valores que sufrimos actualmente se refleja mejor en este género que en otros".

Correa no puede evitar cierto guiño irónico al analizar el éxito de la novela negra nórdica: "Parece mentira que todos esos países eran el paraíso y ahora se convierten a través de la literatura en el mismo desastre que el sur de Europa que habían descrito Márkaris, Camilleri, Fred Vargas, Vázquez Montalbán o Juan Madrid".

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