Cortázar comparte su bitácora de a bordo en su viaje por la Provenza

  • El privilegio del lector de acompañar a Julio Cortázar en su furgoneta por las colinas y los campos de lavanda de la Provenza escuchando las críticas que el propio escritor hace a las pruebas de imprenta de "El libro de Manuel", es la propuesta de "Corrección de pruebas en Alta Provenza".

Mercedes Bermejo

Madrid, 26 may.- El privilegio del lector de acompañar a Julio Cortázar en su furgoneta por las colinas y los campos de lavanda de la Provenza escuchando las críticas que el propio escritor hace a las pruebas de imprenta de "El libro de Manuel", es la propuesta de "Corrección de pruebas en Alta Provenza".

El texto, publicado por la editorial RM y por primera vez en solitario, es una invitación a conocer el taller de creación del autor antes de los resultados definitivos de una obra, así como a adentrarse en sus propias reflexiones y en su modo de vida.

Se trata de una obra peculiar, en la que Cortázar relata la recepción de pruebas de imprenta de su novela el "Libro de Manuel" (1973) en su refugio de Saignon, un pequeño pueblo de la Provenza, y cómo decide sumergirse en la corrección del texto, aislándose, recorriendo esta región francesa en su furgoneta Wolkswagen.

El "Libro de Manuel" está considerada la gran novela política de Cortázar, una síntesis polémica de sus búsquedas estéticas y su interés por los movimientos revolucionarios de aquellos años.

En la Volkswagen roja a la que Cortázar llama dragón (porque dice el autor de "Rayuela" que "casi nunca" ha aceptado el nombre de las cosas), tan solo hay un tanque de agua y un asiento que se convierte en cama.

En su recorrido por la Alta Provenza, el autor de "Bestiario", que vivió entre 1914 y 1984, contó con la sola compañía de unas latas de sopa, vino tinto, la radio y, por supuesto, su máquina de escribir.

"De alguna manera esto será el diario de una rutina de escritor, pero también quisiera ser otra cosa, una confrontación de lo que ocurre mientras se trabaja y que en mi caso es hoy muy diferente que en otros tiempos", afirma Cortázar, al referirse a como se ha vuelto "más poroso" y ahora no le molestan la música y los boletines informativos de la radio en su proceso de creación.

"Corrección de pruebas en Alta Provenza" está prologado por Juan Villoro quien destaca que el "Libro de Manuel" le llevó a "un desafío del que nunca estuvo muy seguro: comentar las noticiosas urgencias del presente desde la ficción.

Por ello considera que "Corrección de pruebas" es "la bitácora en la que revisa un texto que corre el peligro de envejecer con los giros de la realidad".

Pero las noticias que Cortázar escucha en la radio confirman "sus intuiciones sobre la violencia: las Olimpiadas de Múnich son asaltadas por el terrorismo y un grupo de militantes montoneros es asesinado en Trelew, Argentina", apunta Villoro.

"No revisa el libro: se revisa", afirma el escritor mexicano al referirse a Julio Cortázar.

En su opinión, el conductor del dragón rojo se ocupa de la noción de identidad, el exilio, el trato con los lectores, el componente nacionalista de la pasión deportiva, la desafiante posibilidad de verse con ojos ajenos, los recursos literarios, la superioridad de la intuición a la argumentación en su proceso creativo, la relación con Argentina y sus diplomáticos, el sentido de pertenencia o el impacto de la historia del mundo en lo propio.

El saldo de este texto, de 49 páginas, es a juicio de Villoro "una breve obra maestra", cuya meta más significativa no iba a ser el libro corregido, sino "las reflexiones laterales, el taller secreto que lo sustentaba, el modo de vida que permite una lectura singular".

El texto, de 49 paginas, fue publicado por primera vez en 1973 por la editorial Tusquets como parte de una antología de varios autores latinoamericanos y españoles con obras en proceso de creación como Lezama Lima, Octavio Paz, Gil de Biedma o Juan Goytisolo.

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