Cumbre de Ponce, triunfo grande de Talavante y buena tarde también de Padilla

  • Una corrida muy completa hoy en Bilbao, la segunda de la conmemoración del 50 aniversario de la plaza, en la que Ponce ha salido a hombros después de desorejar a su segundo astado, mientras que Talavante ha cortado una oreja también a cada toro de su lote y Padilla se ha llevado igualmente un trofeo.

Bilbao, 17 jun.- Una corrida muy completa hoy en Bilbao, la segunda de la conmemoración del 50 aniversario de la plaza, en la que Ponce ha salido a hombros después de desorejar a su segundo astado, mientras que Talavante ha cortado una oreja también a cada toro de su lote y Padilla se ha llevado igualmente un trofeo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros Domingo Hernández y Garcigrande, bien presentados y de notable juego, aunque con matices.

Enrique Ponce: pinchazo hondo y dos descabellos (silencio tras aviso); y estocada (dos orejas).

Juan José Padilla: estocada (oreja tras aviso); y dos pinchazos y media (silencio).

Alejandro Talavante: estocada (oreja); y estocada (aviso y oreja con petición de la segunda).

Asistió al festejo el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que recibió brindis de Ponce y Padilla en los toros primero y quinto, respectivamente.

La plaza tuvo media entrada.

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TARDE TRIUNFAL

Ponce anduvo suelto y suficiente en el toro que abrió plaza, que no obstante no permitió profundizar por su falta de entrega.

El cuarto fue un gran toro, aún en el límite de la raza y las fuerzas. Y ahí estuvo la maestría de Ponce, dándole muchos desahogos hasta lograr afianzarle, para terminar toreándole a placer. Había estado bien con el capote, pero con la muleta fue el acabose. Lo fundamental tuvo mucha enjundia por el temple y la limpieza, y más allá de la estética y la plasticidad, incluso la hondura.

La plaza lo vivió con especial entusiasmo. De modo que al entrar la espada a la primera el presidente no tuvo más alternativa que atender la petición del doble trofeo.

Padilla, torero también muy querido en esta plaza donde ha sumado muchos y notables triunfos, se vio arropado en todo momento por el calor del tendido.

En justa correspondencia, la actuación del jerezano fue de una entrega absoluta, como lo prueba su variada intervención con el capote desde la larga cambiada en el recibo a su primero, los lances posteriores y el galleo por chicuelinas para poner en suerte. Y las banderillas, un clamor, sobre todo al cerrar el tercio con un par "al violín".

Muleta en mano siguió siendo Padilla un auténtico torbellino, con pases de todas las marcas, aún sin poder bajar la mano por las pocas fuerzas del animal. La estocada dio paso a la oreja.

El quinto fue toro aparentemente más fuerte, y sin embargo terminaría defendiéndose por su endeblez. Un animal deslucido con el que Padilla sólo pudo justificarse.

Talavante se encontró con un primer toro con buen son y movilidad, al que lanceó a pies juntos con muy buen estilo antes de una faena de muleta en el que el principal argumento fue el toreo a derechos y un emotivo arrimón final.

No fue fácil el sexto, con el que Talavante se esforzó mucho para cogerle la velocidad y así terminar domeñándole. El toro a menos, hasta terminar agarrado al piso, pero el torero en actitud siempre atacante. El final en las cercanías fue muy emocionante, decisivo para que el público pidiera con insistencia el doble trofeo, que, sin embargo, el presidente no concedió.

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