David Mora saluda la única ovación en una deslucida corrida de Peñajara

  • El diestro David Mora saludó la única ovación en el tercer festejo de la feria de Málaga, celebrado hoy, en el que el deslucido juego de los toros de Peñajara lo condicionaron todo.

Málaga, 13 ago.- El diestro David Mora saludó la única ovación en el tercer festejo de la feria de Málaga, celebrado hoy, en el que el deslucido juego de los toros de Peñajara lo condicionaron todo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Peñajara, correctos de presentación, descastados y deslucidos. El segundo fue el único que "medio sirvió".

Sergio Aguilar: estocada caída y cuatro descabellos (silencio tras aviso); y media y descabello (silencio tras aviso).

David Mora: pinchazo y estocada (ovación); y dos pinchazos, media y cuatro descabellos (silencio tras aviso).

Arturo Saldívar: cuatro pinchazos y estocada caída (silencio tras aviso); y estocada corta y descabello (silencio).

La plaza tuvo media entrada en tarde agradable.

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VOLUNTAD SIN GANADO

Aguilar no tuvo suerte con ninguno de sus dos toros, complicados y peligrosos a más no poder. No obstante, dejó pronto claro el madrileño su intención de agradar al recibir a "portagayola" al toro que abrió plaza. Sin embargo, con la muleta el animal se defendió mucho y nada pudo hacer el torero.

Volvió a dejar patente Aguilar su entrega y voluntad en su segundo toro, que tuvo el defecto de cabecear constantemente, por lo que su esfuerzo no tuvo recompensa. Tan sólo cabe destacar dos naturales de extraordinaria largura dentro de un conjunto sin unidad por culpa del animal.

Dentro del conjunto de una corrida muy descastada, a David Mora le correspondió en primer lugar el toro más manejable del envío, al que lanceó con gusto a la verónica y realizó un ajustado quite por chicuelinas. Con la muleta se mostró muy poderoso Mora para lograr dos excelentes tandas a derechas, las única que toleró el astado.

Con el quinto volvió a brillar Mora con el capote, tanto en los lances a la verónica en el saludo como en posterior quite pro chicuelinas. Pero en la muleta el toro no quiso, defendiéndose constantemente con un molesto calamocheo, lo que impidió a Mora lucirse.

No obstante, y a falta de pasajes artísticos, sí los hubo de notable emotividad, pues se la jugó de verdad el torero aguantando miradas y parones. Lástima que estuviera tan desacertado con los aceros toda la tarde.

El mexicano Arturo Saldívar únicamente pudo justificarse con el deslucido tercero, que sólo le permitió ejecutar una tanda en redondo estimable. El resto fue sólo un derroche de voluntad en un arrimón sin premio.

El sexto fue el más flojo de la corrida y se resistió a tomar los engaños. Nada pudo hacer Saldívar.

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