De Toro viaja hacia el centro de sí mismo en la novela "Siete palabras"

  • Madrid.- El escritor y periodista gallego Suso De Toro, Premio Nacional de Narrativa 2003, vuelve a la novela con "Siete Palabras", un viaje al centro de sí mismo en el que aborda la identidad desde un punto de vista "incómodo para la conciencia pero no para la lectura".

De Toro viaja hacia el centro de sí mismo en la novela "Siete palabras"
De Toro viaja hacia el centro de sí mismo en la novela "Siete palabras"

Madrid.- El escritor y periodista gallego Suso De Toro, Premio Nacional de Narrativa 2003, vuelve a la novela con "Siete Palabras", un viaje al centro de sí mismo en el que aborda la identidad desde un punto de vista "incómodo para la conciencia pero no para la lectura".

El autor de "Trece campanadas" presentó hoy su nuevo título en Madrid, en el que a través de la enigmática historia de su abuelo del que no conocía ni su nombre, llega a una meta anti-moderna: "cuestiono la conciencia moderna del yo hecho a pulso y analizo cómo pesa en nosotros algo que el pensamiento moderno infravalora", explicó.

La familia y los orígenes, entonces, hilan "Siete palabras" (Alianza), protagonizada por un hombre huérfano al que se le ha negado saber a quién se parece.

"Es un pensamiento profundamente perturbador. Pero hemos nacido con una gran parte del paquete hecho, nos cuesta asumir que a lo mejor tú eres como tu tío, hasta tienes sus mismos gestos", aseguró.

Esa desorientación de Faustino de Toro, encontrado en un torno de este pueblo zamorano, es la que hace a su nieto seguir imponiendo la identidad como eje de su obra, formada por títulos como "Tic-Tac" o "Non volvas".

De Toro contradice a conciencia, entonces, la máxima del existencialismo de que la vida no tiene sentido. "Cuando reconstruyes una vida, ves que hay un sentido oculto. En 'Siete palabras' hay correspondencias. Parte de tu destino está escrito en las vidas de otros", argumentó.

Diseccionando ese personaje al que nunca conoció, De Toro viajó por Zamora, Madrid, Cuba o Santiago de Compostela en busca de las piezas del puzzle que compondrían su nueva novela, en la que intentó conciliar "el poder de la literatura para curar y cerrar heridas" del propio autor y "el desafío a ese temor de a quién le va a interesar", según el escritor.

Y así, después de seguir la vida de ese antepasado, en su periplo como emigrante español en Cuba y su desaparición devorado por los tiburones cuando intentaba emprender una segunda migración a Nueva York, De Toro se ha encontrado a sí mismo.

"Yo que soy escritor y cuento con cierto reconocimiento social soy nieto de un analfabeto", resumió, y amplió el racionamiento a la sociedad española. "Venimos de la pobreza. Y la pobreza no es hermosa: es triste".

"La memoria se construye con lo que verbalizamos y lo que ocultamos. Si una familia oculta cosas de su vida por algo es. Y eso se puede aplicar a la propia sociedad española: descubrir lo que está oculto es un acto de cierta violencia intelectual".

"Siete palabras", aunque ha sido un libro en el que se ha sentido "tan libre" y la ha provocado tanta emoción -"que es una manera de gozo", dijo- que se siente inmune a las críticas, sí ha pasado con nota un obstáculo más importante: la aprobación de los suyos.

"Es un libro que podría cerrar la carrera de un autor. Me he hecho dueño del relato de mi vida y me he dado cuenta de hasta qué punto había un hueco", concluyó.

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