"Decir que no hay esperanza es no creer que cristo ha resucitado"

    • Juan José Aguirre, obispo de la diócesis de Bangassou, publica Solo soy la voz de mi pueblo.
    • El córdobes detalla 36 años de vida en Centroáfrica, uno de los países más pobres del mundo.

Juan José Aguirre, misionero y obispo de la diocesis de Bangassou
Juan José Aguirre, misionero y obispo de la diocesis de Bangassou
Alexia Acosta

La vida del obispo español de Bangassou, Monseñor Juan José Aguirre, ha corrido peligro tantas veces como ha conseguido ayudar con la denuncia, a 'su pueblo', el de la República Centroafricana. La última vez fue con el golpe de Estado orquestado hace un año, por la guerrilla de corte islamista Seleka. Ese es un capítulo de un mosaico de vivencias que comienzan en 1980, con su llegada al país, hasta las Navidades de 2013, que narra en Solo soy la voz de mi pueblo. Un obispo en Centroáfrica (Editorial PPC).

La Información: Entró con 18 años en el noviciado comboniano, y como cuenta, los superiores tenían dudas que afortunadamente usted logró salvar. ¿De no ser misionero, que sería hoy Juan José Aguirre?, ¿médico, escritor… siempre en África?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: No puedo jugar a ser profeta porque no lo soy. Cuando entré en los combonianos estaba para inscribirme en la carrera de medicina. La inscripción quedó en el aire pero mi gusto por la cirugía no. Me gustaba y me sigue gustando . Cuando llegan los médicos para operar en Bangassou fibromas como balones, me meto en el quirófano, embozado como ellos y me fijo en como cortan, abren, cauterizan venas, sacan trozos de carne distorsionados, vuelven a cortar, suturan y cosen hasta dejar nueva a la pobre mujer, para quien una operación en nuestro quirófano es un auténtico artículo de lujo. Otras personas dicen que no aguantan la sangre. Yo, al contrario, les pregunto cuál es el fino cordoncito del uréter que tantos disgustos me ha dado a mi, tanto para hacerme una idea de verlo al natural e imaginando evacuando un cálculo renal… por donde está el bazo o los pulmones, cómo se distingue por la vista una arteria de una vena ...

La Información: Su libro se compone de cientos de pequeñas historias personales que ha acumulado a lo largo de más de treinta años en la República Centriafricana. Con ello, seguimos la historia de un país, una comunidad y su propia vida. Hay finales felices y otros que no lo son tanto… ¿Podría decir cuáles son sus dos historias predilectas las que quizás permanecen más intensamente en su memoria?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: Una de ellas fue la de aquel encuentro-cena en casa del catequista Alberto, porque fué la llave para entrar en una manera de hacer para que mi trabajo misionero compaginase con la cultura de la zona, Aguirre se refiere a un encuentro que tuvo lugar recién llegado al país en 1981. Entonces, según relata, llevaba la mochila llena de teorías, recién acabados mis estudios, y solía hablar ex cathedra en mis homilías, relata en su libro (página 111).

Este hombre, que aún vive, y es catequista en Obo desde hace 40 años, me puso los pies en la realidad. Pero no para darme una lección, todo lo contrario, con delicadeza, casi con cariño, sabiendo que él no tenía lecciones que darme, pero queriendo decir lo que estaba diciendo para que yo mismo no fracasara en mi acción misionera, con lo cual todos ellos perderían. Me enseñó el texto del evangelio donde Jesús predica desde el púlpito y el otro donde se sienta en el pozo con la samaritana. Simplemente añadió que él prefería el segundo, sin añadir comentario alguno. Pero todo lo que quería decir, ya lo había dicho, asegura el obispo de Bangassou.

Una experiencia diferente fué la que ha marcado estos últimos dos años, cuando encontré el Cristo del Expolio del Greco, hize un zoom a su rostro y encontré una contraseña para entrar a medio comprender los expolios que estábamos viviendo en la diócesis, y en los cuerpos y bienes de los habitantes de la diócesis. Descubrir una profunda mansedumbre en ese rostro me dió otra vez la clave para vivir mi expolio, de la misma manera que lo vivió Él, sostiene.

La Información:¿Y la historia que, podríamos decir, mejor define a la República Centroafricana?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: Acaban de elegir un Gobierno de transición que tiene que preparar las elecciones en un futuro a corto o medio plazo. El nuevo ministro de sanidad contaba, cómo cuando llegó a su despacho, el primer dia de trabajo, se encontró sin mesa, ni silla, ni armario ni archivos: nada. Ni siquiera la puerta y las ventanas. Todo había sido vandalizado por gentes del gobierno Seleka anterior, o por delinquentes que aprovechan el dicho de a rio revuelto... La República Centroáfrica es hoy día, un poco, como ese despacho vacío y ese ministro perplejo.

La Información: Precisamente, cuando dos elefantes se pelean, es la hierba la que sufre , es uno de los proverbios que cita en Solo soy la voz de mi pueblo. El último capítulo de la barbarie, en Centroáfrica, se sufrió con el golpe de Estado de la guerrilla Seleka. La paz sigue sin asentarse, ¿hay una esperanza real ?, ¿por dónde pasa el camino de la paz?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: Decir que no hay esperanza es no creer que cristo ha resucitado y que ha ganado a la muerte. Pero el "tiempo" de Dios ("Kairos" en la biblia) es diferente del nuestro. La situación de desastre total que vivimos ahora, el tejido social y económico roto por la huída de 300.000 musulmanes, los funcionarios sin salarios desde hace 6 meses, las carreteras cortadas, la violencia callejera contra musulmanes y no musulmanes según el lugar geográfico del que se esté hablando, los miles de "pobres del Señor" escondidos en las Iglesias, etc. tendrá una solución en el futuro. No sabemos cuando. Debemos creer que despues de la tempestad vendrá la calma, que si paramos de echar la leña de la intolerancia al fuego solo quedarán las ascuas ardientes, aunque también éstas podrán ser apagadas con el agua del amor. Entonces volveremos a ser pueblo, volveremos a ser hombres.

La información: Afirma en el libro que África construye o destruye, y habla de la bofetada de realidad que recibe al recién llegado. ¿Hay que ser de una 'pasta' especial para estar en África?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: He conocido misioneros llenos de celo pastoral y alegría a los que las malarias reepetitivas han cortado el aliento, han dañado el hígado y han apagado la voz. África no los quería aunque ellos querían a África. Pero son los menos. La mayoría han superado ese primer puñetazo que supone el primer ataque gordo de malaria y luego han creado anticuerpos. Como tambien han superado la primera ráfaga de metralleta, o el primer encuentro con un niño soldado, o con una miseria en fase deshumanizada, o el primer fracaso contundente en una acción pastoral primorosamente preparada. África te zarandea y te marea al principio, vértigos de confusión y descargas de adrenalina a chorros descontrolados... Luego, en dos o tres años, sobretodo cuando has aprendido la lengua, te susurra al oido, te hace carantoñas, te invita a entrar en ella hasta que hace de ti,como un experimentado alfarero, alguien diferente del que eras cuando llegaste.

La información: Precisamente, en Solo soy la voz de mi pueblo se dibuja la ingente labor misionera … ¿en qué situación se encontraría África sin ese trabajo?

Monseñor Juan José Aguirre Muñoz: Creo que la Iglesia católica sobre todo, aunque tambien algunas iglesia bautistas, hacen una labor de promoción humana impagable. Sin ella el acceso a la salud o a la escuela estarían absolutamente más disminuídos. Al igual que la mano tendida a los más pobres de las leproserías o a enfermos de sida en fase terminal. Lo mismo que muchos colectivos no podrían defender sus derechos o denunciar los abusos si no hubiera una plataforma en la iglesia católica que les sirviera de palanca. Aunque haya que morir por ello, pues palabras y hechos no faltan, evangelización y promoción humana van de la mano. Tampoco los mártires escasean en el mundo de las misiones, hasta los más recónditos rincones de la tierra...

A través de la Fundación Bangassou ('http://www.fundacionbangassou.com') se recaudan fondos para la República Centroafricana.

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