En el primer día de conciertos --el martes ya hubo proyección en Numax--, The Oh Sees demostraron capacidad de convocatoria, tras su paso por el Primavera Sound y Paredes de Coura, entre muchos otros festivales.
Los de John Dwyer llevaron el desenfreno a la terraza de la Fundación Granell, donde un público entregado saltó y bailó con temas de su último álbum, 'A Weird Exits', como 'Ticklish Warrior' y 'Plastic Pant', pero también con otros anteriores como el 'Contraption/Soul Desert' del disco 'Carrion Crawler/The Dream' de 2011 con el que acabó el recital.
Un recital de 'punk' con guitarras rabiosas y baterías frenéticas --dos miembros de la banda a los platos-- de un grupo cuyo bajista dejó muy claro sobre el escenario su espíruto, con el lema 'Trump is my sex slave' estampado sobre su camiseta.
En resumen, un concierto que supo a poco y del que poco se pudo criticar. Dwyer concedió una primera media hora insuperable, armado de su guitarra a modo de bayoneta, a veces, como si de un violín se tratase, en otras.
Tras unos 20 minutos de relativo descanso en los que reinó la psicodelia con el líder del grupo de espaldas y jugando con el sintetizador vinieron otros 20 finales de descontrol, barullo y distorsión: The Oh Sees dejan el listón bien alto para el resto de bandas y artistas que conforman el programa del WOS.
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