"Despedida de soltera" y otras salvajes fiestas femeninas en el cine

  • Mateo Sancho Cardiel.

Mateo Sancho Cardiel.

Madrid, 4 ene.- Películas como "Resacón en Las Vegas" o "Very Bad Things" han rentabilizado las fiestas salvajes desde la perspectiva masculina, pero en ocasiones contadas se ha visto farras capitaneadas por mujeres como hace ahora "Despedida de soltera", con unas desmelenadas Kirsten Dunst, Isla Fischer y Lizzy Caplan.

Ya en 1959, Jack Lemmon y Tony Curtis asistían atónitos a la dinámica festiva de toda una desinhibida banda femenina en el tren de "Con faldas y a lo loco", de Billy Wilder, con las célebres guindas al marrasquino incluidas y las literas del vagón copadas de piernas perfectas entre las que se encontraban las de Marilyn Monroe.

Efectivamente, las mujeres saben pasarlo muy bien y correrse unas juergas de escándalo, pero el cine no lo ha mostrado con demasiada frecuencia y ahora parece resarcirse.

Este viernes se estrena en España "Despedida de soltera", donde con indudable vis cómica en "Despedida de soltera", Fischer, Dunst y Caplan se ponen a las órdenes de otra mujer, Leslye Headland.

Sabiéndose exentas de las acusaciones de machismo, mezclando con inteligencia reivindicación y autocrítica y huyendo de toda moral para dejarse en manos del hedonismo, las cuatro se encargan de mostrar sin complejos a tres arpías envidiosas que quedan impresionadas cuando su amiga fea y gorda consigue comprometerse antes que ellas.

En su "Despedida de soltera" saciarán sus frustraciones y sus traumas, aunque ello ponga en peligro su amistad y la propia boda.

Kirsten Dunst asumiendo el rol de mujer implacable, Isla Fischer, en el de drogadicta descerebrada y Lizzy Caplan como romántica frustrada caminan hacia el desastre conviviendo con el sexo más patético, al más puro estilo de "American Pie" o "Supersalidos", y sin escatimar en alcohol, tacos y estupefacientes.

"Despedida de soltera" está, inevitablemente, emparentada con la alabada "La boda de mi mejor amiga", de la factoría Judd Appatow, de humor más sutil y mayor amargura, que fue nominada al Óscar al mejor guión (de su protagonista Kristen Wiig y Annie Mumulo) y a la mejor actriz secundaria, Melissa McCarthy.

Borracheras, escándalos en el avión, escatología... Todo hilado con inteligencia y mucho humor heredado del "Saturday Night Live" que conquistaron a crítica y público, de igual manera que lo que consiguió Harmony Korine en el pasado Festival de Venecia, gracias al giro que dio a las pequeñas heroínas de Disney Selena Gómez y Vanessa Hudgens en "Spring Breakers".

La película, en la que también aparecía James Franco, comenzaba mostrando a las jóvenes adolescentes como víctimas de un entorno corruptor de menores, pero acababa dando la vuelta a la tortilla y demostrando unas capacidades destructoras, juerguistas, drogadictas y criminales en femenino superiores a las de sus supuestos abusadores.

Y un director como Steven Soderbergh se atrevía este año, por primera vez en el cine comercial y con gran éxito, a enseñar desde dentro y con detalle el mundo del striptease masculino, enfocado a satisfacer las demandas de miles de mujeres desatadas y dispuestas a pagar por un "hombre objeto".

Antes que todas ellas, en 2002, Cameron Díaz, que había sufrido a los "gañanes" de "Very Bad Things", protagonizó la revancha con "La cosa más dulce", irreverencias y groserías sin pudor saliendo de esas presuntamente "dulces" bocas de un trío que completaban Christina Applegate y Selma Blair.

Y así, con la llegada del siglo XXI, han quedado para el pasado las fiestas más recatadas que se corrían las "Panteras rosas" de "Grease", en casa con un poco de licor, camisones y cartas románticas que, con todo, escandalizaban a la mojigata Olivia Newton John, o esas reuniones de "Mujercitas" marcadas por lo lacrimógeno, y el cine ha demostrado que las mujeres pueden ser las que más se desmelenan.

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