Detenidos dos estafadores que vendían oro falso en casas de compraventa de madrid y málaga


La Policía Nacional ha detenido a dos estafadores que vendían oro falso en casas de compraventa de joyas de Madrid y Málaga. Las supuestas alhajas, generalmente de acero, estaban bañadas con una aleación de metales que simulaba el metal precioso y que burlaba las medidas de seguridad que usan los propietarios de los establecimientos de compraventa para comprobar su autenticidad.

Según informó este miércoles la Jefatura Superior de Policía de Madrid, las piezas eran adquiridas en Colombia y después vendidas en España por cantidades de hasta 1.500 euros, en función de su peso. Uno de los arrestados, una mujer, fue detenida a su llegada al aeropuerto de Barajas con 1.600 gramos de piezas falsas.
La investigación comenzó el pasado mes de abril a raíz de las denuncias interpuestas por varios propietarios de casas de compraventa de metales preciosos que afirmaban haber sido estafados. La investigación reveló otros fraudes similares denunciados no sólo en la capital madrileña, sino también en la provincia de Málaga.
Los agentes identificaron a Álvaro Javier V.G., de 47 años, como uno de los presuntos estafadores que había actuado en la provincia de Málaga. Fue detenido el pasado 4 de junio y al menos se le atribuyen cuatro delitos de estafa de este tipo.
Posteriormente, los policías lograron identificar a una mujer presuntamente implicada, expidiendo una orden de búsqueda para su localización. El pasado domingo, los agentes de Barajas detectaron en un vuelo procedente de Colombia a esta mujer (Irma P.R., de 42 años), que portaba en su equipaje anillos, pulseras, collares y pendientes falsos con un peso total de 1.600 gramos.
Los detenidos adquirían la bisutería falseada en Colombia, normalmente cordones con un peso de entre 90 y 100 gramos, para posteriormente introducirlos en España. Para engañar a las casas de compraventa aplicaban a la pieza un baño de una aleación de metales cuyas propiedades se asemejaban al oro. Cuando los propietarios de las casas de compraventa aplicaban las medidas de seguridad, el resultado era que la pieza estaba compuesta de oro y pagaban cantidades de entre 900 y 1.500 euros, en función del peso. Después, cuando fundían las piezas comprobaban que no era oro y que habían sido víctimas de una estafa.

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