Donna Leon: "Es mágico que se dedique un día a los libros, donde está todo"

Barcelona, 22 abr.- No esconde la escritora Donna Leon, pregonera este año de la fiesta de Sant Jordi, que su vida cambió cuando de muy pequeña su madre la llevó por primera vez a una biblioteca. Es por este motivo, que considera "mágico" que mañana se dedique todo el día a los libros, "que lo contienen todo".

En un encuentro con la prensa, la estadounidense ha mostrado su satisfacción por ser la elegida para dar el pistoletazo de salida desde el Ayuntamiento de Barcelona del Día del Libro, una jornada que conoce bien porque ya ha estado en España otros 23 de abril.

Para la autora residente en Venecia, se trata de una jornada "muy civilizada" en la que ahora, "en medio de la crisis económica, la gente sigue comprando libros, lo que es fabuloso".

A su juicio, leer "es el secreto de todo" y ha rememorado cuando con apenas siete u ocho años dijo un día a su madre que se aburría y esta, en vez de llevarla a montar a caballo, le abrió las puertas de la biblioteca de su ciudad, donde su vida "cambió, en contacto con todos aquellos libros". "Fue como una inyección en la vena", ha apostillado.

Desde ese momento y ya pasa de los setenta años, no ha parado de mantener contacto con estos objetos que "te detienen en el tiempo y te hacen entrar en otros mundos", según ha opinado, dirigiéndose especialmente a los más jóvenes, hoy muy apegados a los pequeños artefactos electrónicos, mientras que ella no usa ni teléfono móvil.

Vinculada además al libro de papel -ha bromeado con expulsar a los periodistas que defendían ciertas ventajas del libro electrónico-, ha indicado que algunas de las obras que más le han marcado son "Orgullo y Prejuicio", de Jane Austen; "Grandes Esperanzas", de Charles Dickens, y "La caída del Imperio Romano", por su "vocabulario sublime" y por sus estructuras "perfectas".

Sobre su última novela, "Muerte entre líneas" (Seix Barral), ha advertido que "es más un libro sobre los libros que sobre crímenes" y ha sostenido que es quizá el más filosófico de los que ha escrito, hasta ahora, protagonizados por el comisario veneciano Guido Brunetti.

En este nuevo título, Brunetti se sumerge en el mercado negro de los libros antiguos y, según su autora, es un texto "acerca de las palabras y sobre su claridad".

Aunque ya en la universidad estudió sobre libros antiguos, ha sido en los últimos años cuando ha vuelto a entrar en este universo en el que hay muchas personas implicadas y en el que se producen robos a menudo, porque hay un mercado en el que se adquieren viejos mapas o litografías arrancadas de centenarios volúmenes.

A pesar de que se lo explicaron cuando ya había terminado la novela y, por tanto, no lo incluye en "Muerte entre líneas", ha comentado que existen incluso técnicas para arrancar páginas de estos ejemplares como esconder en la boca un cordel, antes de entrar en una biblioteca, con el que se sesgan hojas sin dejar apenas rastro.

Además, ha añadido, "vale la pena el riesgo porque la sociedad no ve eso como un crimen auténtico".

Aseverando que es una mujer "genéticamente feliz", criada en una familia que también lo era y que no puede quejarse porque a lo largo de los años ha hecho todo lo que le ha gustado con éxito, no esconde, sin embargo, que sí es "escéptica y cínica" con la evolución del mundo.

Sin ganas de regresar a vivir a los Estados Unidos, porque allí se estaría "todo el día peleando", ha avanzado que tiene acabada una nueva novela con Brunetti y que vuelve a tener la ópera, una de sus pasiones, como protagonista, aunque con gran importancia sobre "quién" es el autor del crimen que aparece.

"Y como me encantan los juegos de palabras con los títulos, en este caso el lector sólo entenderá lo que significa 'Enamorándose', cuando llegue al final", ha dejado caer.