Dos orejas para Ureña, una para Del Álamo y cornada para Adame en Logroño

  • El diestro murciano Paco Ureña fue el máximo triunfador de la tarde de hoy en Logroño, segundo festejo de su feria de San Mateo, al cortar dos orejas, por una que paseó Juan del Álamo, en una tarde en la que el mexicano Joselito Adame resultó herido en el gemelo por su primer todo.

Logroño, 20 sep.- El diestro murciano Paco Ureña fue el máximo triunfador de la tarde de hoy en Logroño, segundo festejo de su feria de San Mateo, al cortar dos orejas, por una que paseó Juan del Álamo, en una tarde en la que el mexicano Joselito Adame resultó herido en el gemelo por su primer todo.

FICHA DEL FESTEJO.- Cuatro toros de Torrehandilla y dos -quinto y sexto- de Torreherberos, desiguales de presentación, algunos, como el tercero, tapándose por la cara, y de comportamiento también variado. El primero tuvo casta; el segundo, manso y con peligro; noble y sin chispa, el tercero; deslucidos cuarto y quinto; y el sexto, el más noble, tuvo pocas fuerzas.

Paco Ureña: estocada (oreja); pinchazo, estocada trasera y descabello (silencio); y estocada (oreja en el que mató por Adame).

Joselito Adame: pinchazo, bajonazo y dos descabellos (silencio en el único que mató).

Juan del Álamo: estocada tendida y desprendida (oreja) y pinchazo y estocada (palmas).

En la enfermería fue operado Joselito Adame de "una cornada de 15 centímetros en el gemelo izquierdo. Trasladado a la clínica Los Manzanos de Logroño".

La plaza tuvo un cuarto de entrada.

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LAS DOS CARAS DEL TOREO

Ureña cortó una oreja de su encastado primero sobre todo por la disposición que mostró, ya que la faena fue un tanto atropellada por equivocarse el torero en buscar las cercanías. No obstante, logró el de Lorca alguna tanda estimable y ligada por el derecho, lado por donde el astado colocaba mejor la cara, en los primeros compases de labor finiquitada entre los pitones. Cortó una oreja.

El cuarto fue un jabonero que llevó una lidia muy desordenada, y que desembocó en embestidas descompuesta e impredecibles en la muleta, donde había que someterlo, algo que hizo muy bien Ureña por el pitón derecho, por donde trasteó con soltura, aunque acabaría echándolo todo a perder por su fallo a espadas.

En el sexto volvió a verse a un Ureña muy en profesional, iniciando la faena de muleta a pies juntos ante un toro muy noble que se desplazada humillado pero desmereciendo las series por la tendencia a perder las manos al final de cada viaje.

El murciano lo entendió muy bien para lograr pases muy templados y limpios sobre ambas manos a base de firmeza y de mucho tesón. Al final de su quehacer surgió una gran serie, la mejor de su actuación, por lo despacio y cadencioso que interpretó el toreo. Bernadinas finales, estocada a la primera, y segunda oreja para él.

Del Álamo brilló manejando el capote a la verónica a su primero, cuya faena de muleta brindó al público antes de recetar una primera serie de cinco y el de pecho por el lado derecho que caldeó el ambiente.

El salmantino anduvo con inteligencia, oficio y torería durante toda la faena, sabiendo lo que había que hacer ante un toro que transmitió más bien poco, y al que aguantó miradas y parones, que resolvió gracias a su muñeca poderosa y buen hacer. Logró una merecida oreja.

El sexto, en cambio, fue un toro sin clase, que a la mínima que se le obligaba perdía las manos, y con el que Del Álamo hizo un gran esfuerzo, cambiando continuamente de terrenos, aunque al final lo único que pudo sacar en claro fueron unos cuantos pases sueltos ante un animal que no cesaba de pegar cabezazos y de embestir descompuesto y sin continuidad.

La peor parte de la tarde se la llevó el mexicano Joselito Adame, que resultó herido por su primero, toro manso y con peligro, que en un brusco arreón lo lanzó por los aires, haciéndole presa después en el suelo. El azteca aguantó estoicamente en el ruedo hasta darle muerte, para pasar por su propio a la enfermería, de donde no volvió a salir más. EFE

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