El apoderado del Fundi: "la empresa ya nos ha ofrecido otra tarde en Otoño"

  • Javier López.

Javier López.

Madrid, 20 may.- El apoderado de José Pedro Prados "El Fundi", Raúl Galindo, señaló a Efe al término del festejo de hoy en Las Ventas, en el que su poderdante recibió los tres avisos en el que iba a ser el último toro de su carrera en Madrid, que "la empresa ya nos ha ofrecido otra tarde para la feria de Otoño".

"Ha sido casi de inmediato. Pocos minutos después de escuchar el tercer aviso y meterse el torero en el callejón ha venido un representante de la empresa para ofrecernos otra corrida, y para que 'Fundi' pueda volver y tenga así una despedida más digna de 'su' plaza", señaló el apoderado.

Pero de momento "no puedo decir más de este ofrecimiento, porque el torero está anímicamente muy tocado por todo lo acontecido hoy y aún no hemos tomado ninguna decisión al respecto", apostilló Galindo.

Por su parte, "El Fundi" se marchaba de la plaza muy afectado anímicamente, y, con gesto serio y arropado por su cuadrilla y los aplausos de aliento del público de Madrid, prefirió ser lacónico en sus declaraciones.

"Agradezco el cariño de los compañeros y del público de Madrid porque este no era el recuerdo que quería llevarme de mi última tarde en aquí. Tiempo habrá para pensar lo de Otoño", declaró.

El joven Rubén Pinar, que perdió un trofeo más que seguro en su primer toro por culpa de la espada, se lamentaba al término del festejo precisamente de eso: "es imperdonable perder el triunfo por la espada después de 'tragar' tanto delante del toro y después de sobreponerme al aguacero".

"La tarde estaba muy cuesta arriba por la tromba de agua que ha caído durante los tres primeros toros, y, evidentemente, por el estado tan malo del piso. Luego encima la corrida ha sido complicada a más no poder. Pero no valen excusas, he tenido la oportunidad de 'tocar pelo' en una plaza como Madrid, y no lo he hecho sólo por mi culpa", confesó Pinar.

Sobre ese primer toro de su lote, tercero del festejo, Pinar señaló que "pegarle el primer muletazo era 'mortal' porque se venía directamente a por mí, y había que andar muy listo para después torearle a su altura y atacarle constantemente para intentar desengañarlo. Así creo que he conseguido momentos importantes", dijo.

Y ya con el "zambombo" de 660 kilos que cerró plaza "ha sido imposible hacer nada. El toro se movía pero a media altura y muy bruto. Ver ese mastodonte arrancarse y venirse hacia mí es para vivirlo", aseguró.

Uceda Leal, que cumplía su segunda y última tarde en San Isidro, se marchaba también muy contrariado de la plaza por "lo mal que ha ido toda la tarde de principio a fin".

"Es demasiado complicado torear con el chaparrón tan impresionante que ha caído y con el estado del ruedo tan deplorable, porque los trastos pesan mucho más y los toros se defienden también más ya que, como nosotros, se apoyan peor. Pero esto es Madrid y había que tirar para adelante para mostrar al menos actitud", dijo Uceda.

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