El Châtelet de París "atraviesa fronteras" y estrena una opera mariachi

  • Dar la palabra "a quien menos la tiene" y reunir destinos aparentemente opuestos son algunos de los criterios con los que Jean-Luc Choplin dirige el Teatro del Châtelet de París, donde el 23 de septiembre se estrenará en Francia la primera opera mariachi, "Cruzar la Cara de la Luna".

María Luisa Gaspar

París, 16 sep.- Dar la palabra "a quien menos la tiene" y reunir destinos aparentemente opuestos son algunos de los criterios con los que Jean-Luc Choplin dirige el Teatro del Châtelet de París, donde el 23 de septiembre se estrenará en Francia la primera opera mariachi, "Cruzar la Cara de la Luna".

Una ópera que entra de lleno en el hilo conductor de la nueva temporada del Châtelet, "atravesar fronteras", tema universal que atrae a Choplin de manera muy especial, según comentó en una entrevista con Efe en la que habló de los próximos estrenos del coliseo.

En primer lugar, la composición musical de José "Pepe" Martínez, director del celebérrimo grupo Mariachi Vargas de Tecalitlán y que acompaña al libreto del no menos celebrado Leonard Foglia.

Su historia conjunta sobre el deseo y el desgarro de la emigración llega a París tras haber conmemorado el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de su Revolución, en la Ópera de Houston (EEUU), en 2010.

En París, después de "Cruzar la Cara de la Luna", la frontera y el mestizaje cultural volverán a ser eje central en "Tanguera", "collage de danzas populares y culturas eternas que se entremezclan para dar cosas nuevas" y expresar una "fuerza vital que viene de lo más profundo de América del Sur", resaltó Choplin.

A este montaje presentado bajo la égida del maestro Daniel Barenboim sucederá la reposición sobre la escena del Châtelet de la mítica comedia musical "The Sound of Music".

De nuevo, una pieza "fronteriza" teñida de hispanidad -algo no tan frecuente en la capital francesa- pues su director es Emilio Sagi, artista a menudo invitado a trabajar aquí para el público de París.

Al igual que el tenor español Plácido Domingo, con quien Choplin montó dos óperas inspiradas en sendas películas, "The Fly" (La Mosca), en 2008, e "Il Postino" (2011).

"Cuando le hablé (a Domingo) del proyecto de 'Cruzar la Cara' me dijo su amor por la música mariachi" que le gusta interpretar en sus conciertos, de los mariachis que enviaba a su novia y hoy esposa, y del traje de charro que lleva siempre consigo cuando viaja, subrayó el director.

Se cree a menudo "que el mundo está muy cerrado, pero resulta que los grandes no tienen barreras", destacó Choplin, quien en la página web de su teatro muestra un vídeo en el que el tenor y director de orquesta español habla de su "admiración" por la música mariachi y glosa el arte del grupo Vargas de Tecalitlán, "el número uno".

"Emilio Sagi es también alguien que está fuera de la pertenencia a un solo dominio", añadió, alguien que durante años fue director artístico de la Zarzuela de Madrid y que hace comedia musical, ópera y múltiples géneros.

Amante de un Mediterráneo "que llega hasta el Atlántico, América del Sur y África del Sur", Choplin recordó ser, asimismo, gran partidario de una programación "que permita salir en familia", algo que piensa faltaba en París.

Su personal estrategia se tradujo en las últimas temporadas en alrededor de 300.000 visitantes y una ocupación del 90 por ciento, para un presupuesto de 26 millones de euros (35,6 millones de dólares).

Sin embargo aseguró estar "lleno de miedos" y temer "cada día" no encontrar a su público, o que no le guste su programación, o que la reunión de artistas tan diferentes dé un resultado "completamente nulo", en lugar de ofrecer "esquirlas de humanidad, de genialidad".

Cada temporada "me digo que he de tomar menos riesgos y dejar de hacer proyectos un poco locos, pero la tentación de ir hacia lo desconocido es demasiado fuerte", añadió.

Otras "locuras" inminentes en el Châtelet, ya en 2012, serán un "Orlando Paladino" de Joseph Haydn en versión barroco-pop; un espectáculo de tambores japoneses dirigido por un maestro del Kabuki; y la 'docu-ópera' "Nixon in China" (1987), de John Adams y Peter Sellars, vista esta vez por el director de escena chino Chen Shi-Zheng y la artista plástica india Shilpa Gupta.

Mostrar comentarios