El fundador de Amazon dirige a sus empleados como Mao dirigía la China comunista

  • El periodista Richard L. Brandt relata en el libro 'Un click' no sólo las claves del modelo de éxito de Amazon –foco sobre el cliente-, sino también la veneración que los empleados tienen a Jeff Bezos, el fundador de la mayor tienda `online´ del planeta. Muchos de sus trabajadores creen que Amazon se creó "para cambiar el mundo". Otras voces críticas explican que Bezos dirige a su plantilla como Mao lideró la China comunista.
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Julio Vallejo | aviondepapel.tv

Jeff Bezos es uno de los actuales dioses de internet. Amazon, el negocio que fundó para vender libros online, se ha convertido en la mayor tienda de comercio electrónico del mundo. Sin embargo, poco se sabe de la personalidad de Bezos, que ha sabido dosificar sus apariciones públicas. Muchos de sus empleados lo consideran casi un mesías. 

Ahora, el periodista Richard L. Brandt, autor de Las dos caras de Google, arroja algo de luz sobre la compleja figura del empresario en el libro Un click. Jeff Bezos y el auge de Amazon.com (Gestión 2000, 2012), libro que aborda la filosofía empresarial de la multinacional enfocada siempre hacia sus clientes, pero también el liderazgo de su fundador.

Personalidad de Bezos  

Con aciertos y equivocaciones, Bezos ha forjado su particular imperio gracias a su gran determinación y un entusiasmo enfermizo por su empresa. Un sentimiento que ha intentado trasmitir a sus empleados. En algunos casos, la devoción de los trabajadores de Amazon por la compañía ha derivado en casi un culto, como nos muestra el libro de Richard L. Brandt.  

Según un exagente de atención a cliente de la empresa llamado Richard Howard, Bezos es considerado casi como un visionario entre sus antiguos compañeros. 

Así, muchos empleados llegan a creer que el objetivo de la compañía no es ser un gigante del comercio electrónico, sino que nació para "cambiar el mundo".  

Brillante y exigente en opinión de sus antiguos trabajadores, Bezos tiene también una cierta tendencia a las extravagancias. Entre ellas destaca la concesión de los premios Just Do it (Simplemente, hazlo) a sus programadores más destacados. 

El trofeo de estos galardones resulta verdaderamente peculiar: unas zapatillas de deporte usadas.  

En el libro, su autor también recoge más afirmaciones de Richard Howard. En concreto, añade que gran parte de la plantilla de Amazon considera su labor en la compañía como "una experiencia que te cambia la vida". 

Otros antiguos miembros de su plantilla, más críticos, incluso llegan a comparar el clima de la empresa con un colectivo comunista.  

"Es como la China comunista bajo el mando de Mao. Si no haces lo que se espera, vas en contra de tu familia", comentó también un antiguo trabajador de la tienda online al periódico Washington Post. 

Burbuja puntocom 

Un click , además, rememora la fatídica faceta de gurú que desempeñó Jeff Bezos durante los gloriosos y nefastos años 90 en plena burbuja puntocom.  

Muchas empresas convirtieron en mantra unas declaraciones de Bezos donde aseguraba que ser rentable era una cosa "estúpida".  

Esta sentencia, que algunos asumieron como un dogma de fe, provocó que muchos negocios online se endeudaran sin control. La burbuja, finalmente, explotó a principios del milenio, aunque Amazon consiguió sobrevivir.  

De nuevo, apareció la visión empresarial de fundador. Bezos dio un volantazo a la gestión de la empresa para comportarse como un verdadero minorista. Cerro las líneas de negocio sin rendimiento, canceló las malas inversiones, recortó de gastos y empezó a ser más realista en sus previsiones. 

Todo ello, mientras proseguía su plan. Expandir la compañía desde las venta online de libros hacia la música y el cine. Su nueva política dio sus frutos.  

En el último trimestre de 2001, Amazon comenzaba a recoger los primeros beneficios desde su fundación y se encaminaba a ser el gigante que hoy mira desde arriba al resto de competidores del comercio electrónico.

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