El galeón de la Armada Invencible que durmió 425 años en aguas españolas

  • Los restos de "La Ragazzona", el mayor buque de la Armada Invencible, del rey español Felipe II, duermen desde hace 425 años en el fondo de la ría de Ferrol (noroeste), sin que nadie los haya buscado en estos cuatro siglos.

Lorena Bustabad

Ferrol (España), 7 mar.- Los restos de "La Ragazzona", el mayor buque de la Armada Invencible, del rey español Felipe II, duermen desde hace 425 años en el fondo de la ría de Ferrol (noroeste), sin que nadie los haya buscado en estos cuatro siglos.

Pero ahora una expedición científica de arqueólogos submarinos pretende encontrar su ubicación exacta.

Naufragó el 8 de diciembre de 1588 tras fracasar la campaña militar para derrocar a la reina Isabel I de Inglaterra, después de que el navío regresara tocado.

Un temporal lo lanzó contra el litoral cuando iba camino del puerto de La Coruña para ser reparado y se cree que se fue a pique en la entrada de la ría de Ferrol, próxima a este puerto.

Esa es la historia del buque "La Ragazzona", que acabó reposando en el fondo de la ría gallega después de ser uno de los galeones artillados de mayor envergadura de su época.

Un investigador de la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, David Fernández Abella, lidera ahora un proyecto de arqueología submarina para localizar los restos del buque, corroborar su procedencia y documentar el hallazgo como patrimonio histórico.

Las crónicas de la época cuentan que "La Ragazzona" capitaneaba la Escuadra de Levante de la Gran Armada y los historiadores suponen que el monarca español alquiló el navío a la República de Venecia para aumentar su flota, la "mal llamada Invencible".

Era un buque muy grande para la época, de cerca de 40 metros de eslora, y con varias filas de cañones. Regresó del canal de la Mancha tocado por los combates navales y circunnavegó las costas de Irlanda hasta La Coruña, en el noroeste de España, donde tenía que ser reparado.

Sin ancla ni velas, el temporal lo arrastró desde La Coruña hasta las costas de Ferrol, a unos doce kilómetros, donde encalló entre las rocas y después se hundió.

Un equipo de investigadores del departamento de Arqueología de la Universidad de Santiago de Compostela con el apoyo de la unidad de buceo de la Armada española y de la empresa coruñesa de arqueología acuática Argos se sumergieron esta semana en las frías aguas de la ría para buscar su rastro y pruebas que permitan poner al descubierto lo que queda del galeón.

Los trabajos, "modestos y autofinanciados", según Fernández Abella, comenzaron el pasado lunes y se prolongaron hasta el viernes con dos equipos de siete buzos.

Localizaron restos de la artillería -grandes cañones- de lo que, casi con toda probabilidad, fue "La Ragazzona".

Los sitúan en la bocana de la ría, a una profundidad de entre 7 y 12 metros, aunque su cautela científica les impide afirmar, por ahora, que se trate del mismo galeón, en espera de que los análisis posteriores puedan confirmar esa hipótesis al cien por cien.

El equipo de arqueólogos no prevé retirar ninguna pieza y el trabajo se centra en localizar, estudiar y documentar los restos.

Los investigadores lamentan no haber hallado todavía elementos de cerámica que permita datar con mayor precisión los restos del buque, para compararlos con otros de la Gran Armada hundidos en la costa irlandesa.

"Necesitamos tiempo para identificar la totalidad de los restos", señaló Fernández Abella, quien confía en que se pueda probar que corresponden a ese galeón.

El lugar del naufragio será un punto de interés arqueológico.

Un acuerdo entre los ministerios españoles de Defensa y Cultura faculta a la Armada para la vigilancia de los espacios marítimos y la protección del patrimonio subacuático.

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