'El hombre cerilla': La locura de empeñarse en rodar la película que uno quiere

  • Plantearse hacer una película de animación para niños en Italia es una locura se mire por donde se mire. En un cine como el italiano, un proyecto así no tiene cabida. Al menos, a priori. Aun así, el director Marco Chiarini no cesó en su empeño y tras montar su propia campaña para recaudar los fondos necesarios para el rodaje editando primero un libro ilustrado, hoy llega a las pantallas españolas 'El hombre cerilla'.
M. J. Arias

El largo proceso de producción y rodaje de El hombre cerilla casi merece una película en sí mismo. Cuando el director Marco Chiarini se planteó sacar adelante su idea ya sabía que iba a ser harto difícil. En Italia, donde la animación y las películas para niños no están a la orden del día, resulta una misión titánica rodar algo como El hombre cerilla. Muchas puertas se cerraron en sus narices. Una tras otra. Frustrado por las negativas, Chiarini decidió lanzarse a la piscina y buscar la financiación por otro lado. Editó un libro con los dibujos de la historia (es ilustrador) y otros materiales como forma para recaudar euro a euro lo que necesitaba para el rodaje. Era como una forma de enganchar a los lectores con la historia sin terminar de desvelar todo lo que iba a contar la película.

La idea funcionó y pudieron comenzar a grabar en 2005. Los problemas llegaron (de nuevo) cuando tres semanas después de gritar el primer "acción" el dinero se acabó y tuvieron que parar máquinas. Otra vez vuelta a empezar. Cuando consiguieron reanudar el rodaje, un nuevo escollo, el chaval protagonista había crecido tanto que le había cambiado la voz. "La película esta doblada porque Fellini lo hacía así", bromeó el director en la presentación en Madrid. La realidad tuvo más que ver con la inevitable madurez de su protagonista.

El estreno llegó en 2009 y pasó sin pena ni gloria hasta que los premios David de Donatello –el equivalente a los Goya en España– se percataron de su existencia. Las nominaciones a Mejores Efectos Especiales y al Mejor Director Novel la dotaron de mayor presencia en el panorama mediático y cinematográfico. Chiarini había conseguido ganar el pulso que durante años había mantenido con la industria del cine italiana. Después de años de pelea, todo se había convertido en eso, en un pulso de fuerza.

"Es una lucha contra ti mismo, ninguno te cree, solo tú. El drama es que para tener razón tú debes vencer. Si no, ganan los otros". Venció y ahora se siente aliviado y con las fuerzas necesarias para dedicarse al guión que tiene entre manos para el siguiente proyecto. Se declara "contentísimo" porque se salió con la suya, pero la pregunta es inevitable: ¿Cuántas veces le han llamado loco en este tiempo? Su repuesta es clara y directa: "El tratamiento de loco está relacionado con el tiempo que te empeñas en algo. Cuanto más tiempo pasa, la posibilidad de ser tratado como un loco aumenta. Mi mujer me apoyó durante un tiempo en todo, pero tenemos una niña pequeña y llegó un punto en el que me decía 'Marco, tienes que trabajar'. Pero… ¿qué sucede? En el cine tienes razón cuando lo consigues". Su mujer, sentada unas butacas más allá esperando a que termine la ronda de entrevistas, asiente.

¿Qué cuenta El hombre cerilla?

El hombre cerilla es una película de animación y para niños, pero ¿de qué va? Cuenta la historia de un chaval, Simone, que vive en el campo y que ha creado todo un mundo imaginario a su alrededor para convivir con la dureza de haber perdido a su madre. Ayudado por cuatro amigos sacados de ese mundo ilusorio busca al Hombre Cerilla, un ser mágico que concede deseos. Y, en medio de esa búsqueda, debe enfrentarse a los miedos y aventuras propios de los niños. El primer amor, un padre que no le comprende, esconderse debajo de la cama para no ser encontrado, el archienemigo del colegio…

"Es una historia inventada, con acontecimientos que vi de niño, pero que no los he contado de la misma forma", explica el ideólogo de todo el proyecto. Simone es como un reflejo de este niño grande que ahora es Marco Chiarini. "Tiene todo de mí y todo lo que hubiese querido hacer". La ambientación ochentera se debe a que de haberse traído la historia a la actualidad, esta habría perdido parte de su encanto. Ahora, con los móviles, Simone no podría haber tenido ese aislamiento del que goza en la película. El hecho de que sea un niño de campo también ayudaba a darle más libertad de movimiento.


El hombre cerilla recrea su propio universo imaginario aderezado con una animación primaria (si se compara obviamente con las grandes producciones), pero muy efectista. Chiarini dice que tiene mucho de las películas de "Walt Disney, Tim Burton, Terry Gilliam y otras ochenteras como Los goonies, Pipi Calzaslargas…". Su próximo proyecto será una historia que gira alrededor de una isla en la que Hitler desterró a todos los niños huérfanos de la guerra.

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