El mayor problema de Obama es "ser negro", dice la chilena Subercaseaux

  • Madrid.- El mayor problema del presidente de EEUU, Barack Obama, es "ser negro", no la crisis ni la herencia recibida, según la escritora chilena Elizabeth Subercaseaux, para quien la raza y el "clasismo" siguen siendo determinantes tanto en la América del Norte como en la del Sur.

El mayor problema de Obama es "ser negro", dice la chilena Subercaseaux
El mayor problema de Obama es "ser negro", dice la chilena Subercaseaux

Madrid.- El mayor problema del presidente de EEUU, Barack Obama, es "ser negro", no la crisis ni la herencia recibida, según la escritora chilena Elizabeth Subercaseaux, para quien la raza y el "clasismo" siguen siendo determinantes tanto en la América del Norte como en la del Sur.

Precisamente a esa sociedad conservadora y "extraordinariamente clasista" dirige la escritora afincada en EEUU su última novela, "Un affaire casi perfecto" (Siruela), ambientada en su Chile natal, país en el que, dice, todavía "hay mucha tendencia a la discriminación por clase, por sexo o por motivos religiosos".

Aunque en una entrevista con Efe la escritora asegura que al escribir "Un affaire casi perfecto" no tenía intención de hacer una obra de denuncia social, subraya que "no te puedes meter con la sociedad chilena si no terminas denunciando algún tipo de discriminación".

"Si tu novela versa sobre un periodista gay que ha visto cometer un asesinato y, para denunciarlo, tiene que salir del armario, te vas a meter necesariamente con la discriminación de los homosexuales", afirma.

La autora de obras como "Una semana de octubre", por la que recibió el prestigioso galardón alemán Liberaturpreis 2009, o biografías sobre el presidente de Bolivia, Evo Morales, y Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, considera, sin embargo, que aunque en América Latina el clasismo es más evidente, este fenómeno y el racismo se da "en todas partes, incluso en EEUU".

"El mayor problema de Obama es que es negro", asegura Subercaseaux, quien afirma que en los veintiún años que lleva viviendo en EEUU "nunca había visto una inquina tan grande hacia un presidente por parte de la derecha estadounidense".

En su opinión, existe una capa republicana en EEUU "que no está aceptando bien esto de tener un presidente negro", aunque advierte que "no lo van a decir nunca en voz alta, porque es políticamente incorrecto, pero no lo pueden ver".

"Un affaire casi perfecto" reflexiona sobre la naturaleza de la condición humana y el hecho de que, en una situación extrema, cualquiera puede reaccionar de la manera más imprevista.

Por ese motivo, la obra tiene mucho de investigación psicológica, "de lo difícil que es tirar la primera piedra, porque qué se yo si mañana no me voy a convertir en una asesina, con toda mi pretendida rectitud y bagaje moral", se pregunta la autora.

"Lo vemos todos los días con el poder y el dinero, que transforma completamente a las personas", según Subercaseaux, para quien el ser humano "enfrentado a una situación dramática, puede ser capaz de las más grandes bajezas pero también de las más grandes gestas".

Como ejemplo, la escritora chilena se acuerda de sus compatriotas, los 33 mineros que han permanecido enterrados 70 días a 700 metros de profundidad, "que se hicieron grandes no sólo por sobrevivir, sino por ser capaces de hacerlo sin conflictos entre ellos".

En su opinión, lo heroico de esta historia no es que estuvieran dos meses bajo tierra. "El acto heroico que han estado haciendo es bajar todos los días a una mina sin ninguna seguridad laboral, con unas leyes que son una vergüenza y con salarios asquerosos para poder calzar a sus chiquillos y mandarlos al colegio", indica.

"No es ético que 300 mineros tengan que bajar ahí para que dos personas puedan cambiar de un Seat a un BMW o un Mercedes; eso no debería pasar nunca", subraya Elizabeth Subercaseaux, quien desea que de esta tragedia se obtengan experiencias positivas que sirvan para mejorar las leyes laborales chilenas y se acabe esta "esclavitud".

También ha pedido que "dejen tranquilos" a los mineros, a quienes, dice, "han convertido en objeto de farándula", corriendo el riesgo de que "la plata termine enterrando y ensuciando una bonita historia".

De su vida en EEUU, al que define como "el país pobre más rico del mundo", se queda con el respeto que se tiene a "la libertad en mayúsculas", un concepto que defiende por encima de todo y que, concluye, echa "mucho de menos" cada vez que vuelve a Chile.

Concha Carrón

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