El Museo de Bilbao acoge una muestra de Durrio que incluye obras de Gauguin

  • El Museo de Bellas Artes de Bilbao expone desde hoy una retrospectiva sobre el artista modernista Francisco Durrio, que reúne la casi totalidad de su obra catalogada junto a un nutrido conjunto de obras de sus amigos artistas, entre ellas, una veintena de piezas de Paul Gauguin.

Bilbao, 3 jun.- El Museo de Bellas Artes de Bilbao expone desde hoy una retrospectiva sobre el artista modernista Francisco Durrio, que reúne la casi totalidad de su obra catalogada junto a un nutrido conjunto de obras de sus amigos artistas, entre ellas, una veintena de piezas de Paul Gauguin.

La muestra presentada hoy se titula precisamente "Sobre las huellas de Gauguin", e incluye óleos, esculturas, cerámicas, acuarelas, grabados, orfebrería, documentación diversa y fotografías de época.

Además del centenar de obras de Durrio, se incluyen 72 trabajos de sus amigos y, especialmente, del más significativo, Paul Gauguin (dos óleos, 18 obras sobre papel, cuatro cerámicas y una escultura en madera).

La base de la muestra es la colección propia de Durrio que conserva la pinacoteca bilbaína, que posee 26 piezas, entre cerámicas (10), piezas de orfebrería (14) y esculturas (2), es decir, un cuarto de su producción conocida.

El Musée d'Orsay de París (una cerámica y tres piezas de orfebrería) y el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (15 piezas de orfebrería), han contribuido a la exposición con sus préstamos.

Poco conocido por el gran público, Francisco Durrio (Valladolid, 1868-París, 1940) pasó su infancia en Bilbao y de ahí su vinculación con esta ciudad, que mantuvo toda la vida. Su obra se centró en la escultura, orfebrería y cerámica.

Vivió medio siglo en París, donde trabajó la cerámica junto a Pablo Picasso y mantuvo una estrecha amistad con Gauguin.

La muestra se divide en varias zonas: los retratos de Francisco Durrio realizados por Roy, Echevarría y Guezala, abren la exposición, junto a los inicios de la trayectoria artística de Durrio, representados por bustos de escayola, mármol, cerámica y bronce.

La segunda parte está dedicada a Montmartre y Gauguin. La selección de gauguins reúne más de 20 piezas -dos óleos, acuarelas, grabados y cerámicas-, algunas de las cuales pertenecieron a la colección privada de Durrio.

Se sabe que tuvo más de un centenar de obras del pintor y, entre ellas, prácticamente toda la obra gráfica. En su colección estuvieron las series completas Volpini y Noa-Noa. Se desconoce el paradero actual de su serie Volpini, pero en la exposición se muestra la tirada perteneciente al Metropolitan Museum de Nueva York.

También se expone "Lavanderas en Arlés" (1888) del Museo de Bellas Artes de Bilbao, que es la primera pintura de Gauguin que entró a formar parte de una colección pública española.

A continuación se recogen 46 piezas de orfebrería de Durrio, principalmente en plata y algunas con piedras semipreciosas.

Son broches, hebillas, colgantes, sortijas, alfileres y argollas, de líneas ondulantes y formas cerradas, y con fuerte carga simbolista e inspiración oriental.

Otra zona se centra en las cerámicas y metales. Como ceramista Durrio elaboró jarrones, vasijas y otras piezas modelando formas redondeadas de carácter modernista.

Concluye la exposición con una sección sobre la memoria y la muerte, en donde se muestran tres memoriales, que constituyen la faceta más utópica de la carrera de Durrio, por su complejidad técnica y ambición creativa.

Dos de ellos se vieron materializados tras muchos avatares, uno parcialmente, como el panteón de la familia Echevarrieta, y otro, el monumento a Juan Crisóstomo de Arriaga, situado habitualmente en el exterior del museo y considerada una de las mejores obras de Durrio.

Comisariada por Javier González de Durana, la muestra se podrá ver en la pinacoteca bilbaína hasta el 15 de septiembre.

Mostrar comentarios