El Orfeón Pamplonés se gana los aplausos de Washington

  • Washington.- El Orfeón Pamplonés colmó hoy en Washington las expectativas del exigente público del Kennedy Center, en la primera cita de su gira estadounidense en la que no faltaron largas ovaciones y la sentida felicitación de los Duques de Palma.

El Orfeón Pamplonés se gana los aplausos de Washington
El Orfeón Pamplonés se gana los aplausos de Washington

Washington.- El Orfeón Pamplonés colmó hoy en Washington las expectativas del exigente público del Kennedy Center, en la primera cita de su gira estadounidense en la que no faltaron largas ovaciones y la sentida felicitación de los Duques de Palma.

Más de cinco minutos de aplausos cerraron el estreno del coro pamplonés, que convenció en su interpretación de la Octava Sinfonía de Gustav Mahler con un sofisticado programa que colocó a casi 300 músicos en el escenario, entre ellos más de 60 orfeonistas.

El reconocimiento de las alrededor de dos mil personas que llenaron el emblemático auditorio de la capital estadounidense se redondeó cuando la Infanta Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín, que presenciaron el concierto junto al embajador de España, Jorge Dezcallar, felicitaron personalmente al coro tras la actuación.

Vestidos de blanco y negro y mezclados con los componentes de la Choral Arts Society de Washington, con los que compartieron la interpretación del texto latino y alemán de Mahler, los orfeonistas cantaron una obra que han ensayado durante dos meses y que algunos de ellos pudieron interpretar el año pasado en Pamplona y Zaragoza.

La compleja tarea de coordinar la Octava o "Sinfonía de los mil" de Mahler, llamada así porque fue compuesta originalmente para 850 cantantes y 171 instrumentistas, correspondió al director ruso Valéry Gergiev, que también llevará la obra a Nueva York cuando se cumple el 150 aniversario del nacimiento del compositor austríaco.

Una impresionante orquesta Mariinsky de San Petersburgo (Rusia), protagonizada por 54 instrumentos de cuerda y por una amplia sección de viento, se fundió con las 140 voces de los coros y las 39 del coro infantil de Washington, que tomó el centro del escenario.

Durante el enérgico himno latino que compone la primera parte de la sinfonía y la épica de la segunda parte, inspirada en el final del "Fausto" de Goethe, los orfeonistas dejaron que se notara su "largo noviazgo con la partitura de Mahler", como lo definieron algunos miembros del coro en el blog que han creado para el viaje.

Los momentos "delicados, románticos, de enfado, de desánimo, de euforia" de los que escribían horas antes de cantar se manifestaron bajo la batuta de Gergiev, que orquestaba un escenario absolutamente repleto en el que las notas más graves eran para los trombones y las más importantes, para los violines.

Las voces de los orfeonistas, que han ensayado la obra con el coro local durante dos días y han requerido la ayuda de expertos en dicción para adaptarse a la pronunciación anglosajona del alemán, se interrumpían para ceder protagonismo a ocho reconocidos solistas rusos.

Después del concierto, con el auditorio ya vacío, los Duques de Palma se acercaron al escenario a felicitar a los orfeonistas, que les dedicaron, 'a capella', la canción popular vasca "Goizeko izarra" (Estrella de la mañana), mientras Urdangarín asentía emocionado.

Las fotos sobre el escenario del Kennedy Center y la sentida enhorabuena de la Infanta pusieron el broche a una velada que mañana se repetirá en el mítico Carnegie Hall de Nueva York.

Allí, durante dos noches consecutivas, la formación navarra se colgará la medalla de primer coro español que canta en el escenario con el que han soñado, durante generaciones, profesionales de la canción de todo el mundo.

Mostrar comentarios