El padre del expresidente Sarkozy reconoce que el apellido facilita las cosas

  • Pal Sarkozy, padre del expresidente francés Nicolas Sarkozy, que expone su obra pictórica en el Centro de Arte de la localidad madrileña de Alcobendas hasta el 15 de junio, no duda en reconocer que ha sido "mucho más fácil" hacer exposiciones por el mundo con un apellido "tan conocido".

Por Eva Robles

Alcobendas (España), 28 may.- Pal Sarkozy, padre del expresidente francés Nicolas Sarkozy, que expone su obra pictórica en el Centro de Arte de la localidad madrileña de Alcobendas hasta el 15 de junio, no duda en reconocer que ha sido "mucho más fácil" hacer exposiciones por el mundo con un apellido "tan conocido".

Al padre de Nicolas Sarkozy le ha venido bien ser "padre de" y no tiene problemas en reconocer a Efe que en los últimos años su apellido, además de su obra, le ha abierto las puertas de todo el mundo.

En este sentido, indica que en los últimos cuatro años ha realizado más de 17 exposiciones en diferentes ciudades, desde Moscú a Pekín pasando por Groenlandia.

"Estoy seguro de que el que mi hijo haya sido presidente facilita las cosas. Además todo el mundo quiere saber cómo es mi familia, cómo me va con mi nuera", Carla Bruni, comenta entre risas.

A la pregunta de si su hijo pinta, cuenta que no, pero que entre sus nietos hay dos que están muy interesados por el arte.

Pal Sarkozy, que expuso hace cinco años en la Casa de Vacas de Madrid, ha estado en dos ocasiones en Alcobendas, que ahora acoge la exposición "Una nueva mirada/A new look".

Según la comisaria de la exposición, Alicia Viladomat, el artista "sorprende" en esta ocasión con una faceta diferente.

Viladomat destaca que sus obras plantean "una dicotomía importante a la hora de analizar la situación, siempre mordaz y realista en su expresión".

En un esforzado español, Sarkozy explica que la exposición reúne una selección de su obra de los últimos cinco años y que sus cuadros cuentan "historias", incluso autobiográficas.

Uno de los lienzos, indica, refleja su llegada a Francia en 1948 como "refugiado" húngaro.

"Fui muy bien acogido por los artistas de la época; llegué a trabajar con el mismísimo Christian Dior", recuerda.

Antes de centrarse definitivamente en la pintura, dedicó toda su vida a la publicidad, que le permitía "mantener" a su familia, pero a partir de la década de los ochenta descubrió su "verdadera vocación" de pintor.

En la actualidad, se declara "enamorado" de su pintura, con la que expresa su preocupación por el "sentido de la vida" y la actual situación de Europa como una sociedad "deshumanizada".

Como ejemplo, a través de "un huevo en la sartén" o la vorágine del día a día en el que se ve inmersa la sociedad en las obras "Metro" y "Robot", puntualiza Viladomat.

Pal Sarkozy califica su obra de "abstracta y surrealista", aunque incide en que, en sus principios, era más realista.

Un "universo particular" que esconde en realidad, según Viladomat, un crítica "mordaz frente a un optimismo que llena de color intenso e interesante, armonioso y colorista".

La obra emblemática de la exposición es "Blue Eyes", que plasma la preocupación del artista por la "vista", sentido primordial a la hora de captar el mundo.

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