El recuerdo de la Gran Guerra divide a serbios, croatas y musulmanes bosnios

  • La crónica enemistad entre los políticos musulmanes, croatas y serbios en Bosnia hace que el centenario del magnicidio de Sarajevo que originó la I Guerra Mundial tenga dos celebraciones opuestas: la de quienes consideran a su autor un terrorista y la de quienes lo ven como un patriota.

Tarik Jablic

Sarajevo, 24 jun.- La crónica enemistad entre los políticos musulmanes, croatas y serbios en Bosnia hace que el centenario del magnicidio de Sarajevo que originó la I Guerra Mundial tenga dos celebraciones opuestas: la de quienes consideran a su autor un terrorista y la de quienes lo ven como un patriota.

La primera se celebrará en Sarajevo, donde el 28 de junio de 1914 el joven serbobosnio Gavrilo Princip mató a tiros al archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio austro-húngaro, un atentado que sirvió de detonante para el conflicto.

El otro acto tendrá lugar en el ente serbio de Bosnia, donde Princip es visto como un héroe y un luchador por la libertad contra el ocupador austro-húngaro, que se había anexionado Bosnia en 1908.

La cúpula serbobosnia y las autoridades de Serbia acudirán a Andricgrad, la ciudad de las artes creada por el director de cine Emir Kusturica, de origen bosnio-musulmán y luego nacionalizado serbio.

La jornada incluirá una obra de teatro que reconstruirá el atentado y homenajes a los miembros de la organización "Joven Bosnia" que participaron en el ataque.

En Sarajevo, la conmemoración comenzará el 28 de junio con un concierto de la Filarmónica de Viena en el recién reconstruido edificio de la antigua Biblioteca y Ayuntamiento de Sarajevo, el último sitio visitado por el archiduque antes de ser asesinado.

En la fachada del llamado "Museo del Atentado" podrán verse grandes fotografías de Francisco Fernando, de un lado, y de Princip, del otro, con una inscripción en inglés y bosnio que reza: "El sitio en que comenzó el siglo XX".

"Hemos puesto las imágenes de las dos personas de las que, de hecho, partió todo. Podemos concebirlo, a la vez, como memoria de las primeras víctimas de la gran guerra que siguió", ha explicado la directora del Museo, Amra Madzarevic.

"Nuestro objetivo es dirigir el mensaje de que queremos que nunca más se repita un siglo de guerras como fue el XX", ha declarado.

Los eventos de conmemoración se extenderán más allá del día 28, con reuniones científicas, exposiciones y conciertos durante el siguiente mes de julio.

Entre esos actos destaca el estreno mundial en el Teatro Nacional de la obra de teatro "Hotel Europa", del filósofo y escritor francés Bernard-Henry Levy.

Además, se presentará la película "Puentes de Sarajevo", de la directora bosnia Aida Begic.

También el deporte tendrá su protagonismo. Los organizadores del Tour de Francia han organizado una exhibición ciclista llamada "Sarajevo Grand Prix 2014".

Mientras, los políticos serbobosnios han descartado su participación en la ceremonia central de Sarajevo.

Han anunciado que organizarán la suya propia, también el 28 de junio pero en Andricgrad, un pueblo situado en Visegrad e ideado por el cineasta Kusturica.

El miembro serbio de la terna presidencial bosnia, Nebojsa Radmanovic, ha rechazado acudir a la ceremonia de Sarajevo, ya que opina que la autoridades locales "han supeditado" su sentido al contexto de la guerra civil en Bosnia de los años 1990.

Muchos serbios consideran que los musulmanes y los croatas de Bosnia usan el centenario para "demonizar" a los serbios y presentar una visión de la Historia en la que los serbios son los únicos culpables de la Gran Guerra y también del conflicto que vivió el país balcánico en los años 1990.

Sin embargo, Bakir Izetbegovic, miembro musulmán de la presidencia colegiada bosnia, aseguró en declaraciones a Efe que "nadie planea establecer la Historia y acusar a los autores del atentado, y menos aún a todo un pueblo".

"Deseamos dirigir mensajes para 100 años de paz después de 100 años de guerra", resumió el sentido de las celebraciones.

No obstante, el presidente de Serbia, Tomislav Nikolic, tampoco acudirá a las celebraciones bosnias con el argumento de que no puede ir adonde alguien acusa a su pueblo.

Como ejemplo alude a una inscripción en el edificio de la Biblioteca que menciona a "agresores serbios" de la guerra de 1992 a 1995, en la que murieron unos 11.000 sarajevitas.

Otra polémica que divide a los tres grupos de Bosnia es su visión de la figura de Gavrilo Princip, el joven que mató a los herederos al trono austro-húngaro.

En Sarajevo y en otras ciudades del ente común de musulmanes y croatas ha sido eliminado cualquier rastro de la existencia de Princip, al que consideran un terrorista.

Han desaparecido sus monumentos, sus huellas en el sitio desde donde disparó a Francisco Fernando y ya no hay calles, plazas ni escuelas que lleven su nombre, concedidos en la época comunista de la Yugoslavia común.

Mientras, para los serbios, Princip es un mártir por la libertad e incluso hay planes, no confirmados, de dedicarle un monumento en Belgrado y otro un distrito serbio de Sarajevo.

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