"El sabor de la tierra", viñetas de reflexión sobre el conflicto colombiano

Pilar Martín.

Madrid, 16 oct.- "El sabor de la tierra" (Astiberri) es el último cómic de los ilustradores franceses Edmond Baudoin y Jean Marc Troubs, pero también es una herramienta para "despertar la sensibilidad y la conciencia crítica" sobre el conflicto armado colombiano.

Ese al menos es el objetivo de Alejandra Ciro y Julián Barbosa, dos jóvenes colombianos impulsores de un cómic con el que esperan que "la gente de a pie", la que directamente hace y sufre la violencia, "se involucre en una reflexión sobre ella".

"Parte de la persistencia del conflicto armado colombiano tiene que ver con el desconocimiento de sus lógicas por parte de la población de a pie", han reconocido a Efe estos dos colombianos, de quienes partió la idea de realizar este cómic y de que fueran Baudoin y Troubs los que se encargaran de ilustrar la historia.

"Si bien no somos tan ingenuos de pensar que un libro cambie algo, sí creemos que parte de la solución del conflicto está en despertar la sensibilidad y la conciencia crítica sobre éste", han explicado esa historiadora de 27 años, cuyas investigaciones se han centrado en la violencia en el Caquetá, y ese politólogo e historiador.

Ambos conocieron el trabajo de Baudoin y Troubs en México, donde llegó a sus manos un ejemplar de "Viva la vida", también editado por Astiberri, donde los franceses narraban con sus ilustraciones la realidad de Ciudad Juárez.

Así fue como les llegó la idea de que con el formato cómic de los ilustradores podían "generar un impacto diferente" en la sociedad colombiana.

Dicho y hecho y, gracias a internet, consiguieron que los creadores de "Viva la vida" se pusieran en marcha para dar forma a "El sabor de la tierra".

Baudoin y Troubs viajaron hasta Colombia, y allí comenzó un trabajo que, según ha descrito a Efe el propio Baudoin, se alargaba hasta "las 2 o las 3 de la mañana todas las noches". "Un libro es poca cosa y es inmenso a la vez", ha concretado.

Para este escritor e ilustrador, "El sabor de la tierra" es un libro que se acerca al "reportaje periodístico" y con el que "espera" que pueda ayudar a los colombianos.

"Colombia está a las puertas de Europa con la mundialización. La cocaína baja por el Amazonas, se va a África, sube hacia Malí, pasa por Libia y desde Libia hasta Nápoles en Italia, y el dinero se va a Suiza. Todo comunica, así que ¿puede ayudar este libro? Uno puede soñar que así sea", ha destacado.

Barbosa, Ciro, Baudoin y Troubs crearon un "vínculo de 24 horas al día" y comenzaron a vivir una experiencia en el departamento del Caquetá en la que "dibujaron a personas a cambio de sus recuerdos más valiosos", dando como resultado un volumen en el que presentan en viñetas, sin prejuicios, retratos de este conflicto de la actualidad.

"Algo muy especial del libro es que en un conflicto tan polarizado, es un libro que le da voz a todos. Ninguna historia fue censurada o editada; simplemente, íbamos por Caquetá preguntando por recuerdos, y estos fueron los que nos contaron", han agregado Barbosa y Ciro.

Así, en el libro se conocen las historias de un comandante de las FARC o la de Aurora, una mujer que a los jóvenes colombianos les ha inspirado un nuevo proyecto en el que también quieren contar con sus ya "colegas" Edmond y Jean Marc.

El compromiso adquirido con los protagonistas del libro ha sido tan alto que estos profesionales comprometidos con su país sienten que no pueden dejarlos "con las manos vacías".

"Para nosotros, uno de los objetivos más claros y cercanos es que al menos les llegue a la gente del Caquetá. Allí no hay librerías, resulta un reto muy grande que la gente de la región acceda a un producto que también es de ellos. Es bonito que circule por todo el mundo, pero sentimos la responsabilidad de devolver el resultado a la gente que permitió que se construyera", han concluido.

Con "El sabor de la tierra", los ilustradores franceses han conseguido poner de manifiesto que la ilustración no sólo es un género de fantasía o infantil. La viñeta se ha convertido, gracias a ellos, en una herramienta tan poderosa como la palabra.