Emilio Gutiérrez Caba vuelve a "La mujer de negro" y esta vez también dirige

Madrid, 6 may.- No hay dos sin tres. El primer encuentro de Emilio Gutiérrez Caba con "La mujer de negro" se produjo en Santander en 1998, y en 2006 volvió a ponerse en la piel de Arthur Kipps, el protagonista del éxito teatral del West End londinense con el que ahora regresa al Teatro Fernán Gómez, también como director.

"'La mujer de negro' y yo somos viejos conocidos, me trae recuerdos buenísimos", aseguró hoy el veterano intérprete vallisoletano durante la presentación del montaje, "un clásico del teatro de terror o fantasmas que pasa de generación en generación".

"Es teatro puro y duro, en el mejor sentido de la palabra", agregó. En esta ocasión le acompañará en el escenario Iván Massagué, al que define como "un actor brillante, trabajador, intuitivo y dominador del espacio escénico" y que en cine ha trabajado con directores como Peter Greenway o Guillermo del Toro.

Adaptada en 1987 para la escena por Stephen Mallatrat sobre la novela de Susan Hill, "La mujer de negro" cuenta la historia de Arthur Kipps, un abogado de mediana edad que alquila un teatro y contrata los servicios de un actor profesional para que le ayude a recrear un suceso irreal y fantasmagórico que le sucedió años atrás.

Kipps espera que el ejercicio le sirva para reconciliarse con su pasado, pero la aparición del espectro de la difunta señora Drablow, que busca venganza por la muerte de su hijo, desatará una macabra secuencia de sucesos.

La obra se ha exhibido durante 25 años sin parar en Londres y se ha convertido, después de "La Ratonera", en el segundo montaje no musical que más tiempo ha permanecido en cartelera en la capital británica.

Además, ha sido producida en más de cuarenta países -en México lleva dieciocho años en cartel- y más de diez millones de espectadores la han visto en todo este tiempo.

"La mujer de negro" permanecerá en cartel en el Teatro Fernán Gómez desde mañana y hasta el 1 de junio y contará, como en anteriores ocasiones, con la voz en off y la narración de Narciso Ibáñez Serrador, así como de Luisa Martín.