Español Samuel Aranda: "me considero un militante más que un fotógrafo"

  • El fotógrafo español Samuel Aranda, galardonado este año con el premio de fotoperiodismo World Press Photo, dijo hoy que se considera "un militante más que un fotógrafo" y que necesita conectar con las personas que capta en sus imágenes.

Santi Carneri

Río de Janeiro, 10 may.- El fotógrafo español Samuel Aranda, galardonado este año con el premio de fotoperiodismo World Press Photo, dijo hoy que se considera "un militante más que un fotógrafo" y que necesita conectar con las personas que capta en sus imágenes.

Aranda, ganador de la última edición del World Press Photo con una imagen publicada por el diario The New York Times que muestra a un herido en las protestas contra el Gobierno yemení abrazado por una mujer con un velo, explicó que precisa sentirse implicado "incluso a nivel político", y por eso no hace fotografía de moda.

El fotógrafo español revivió en una entrevista con Efe su reencuentro en Yemen con los protagonistas de la foto premiada y lo describió como "uno de los momentos más enriquecedores de su vida".

"Me abrieron las puertas de su casa, conocí a toda la familia, me hicieron un pastel, fue una lección de humildad que me dio la vida, una historia muy bonita", señaló.

Aranda cree que para seguir muchos años como fotoperiodista "es necesario un compromiso con lo que se fotografía, como lo tienen los españoles Gervasio Sánchez o Emilio Morenatti que llevan muchos años trabajando duro".

"Yo no soy un fotógrafo de primera línea, siempre estoy un pasito más atrás donde en cualquier conflicto hay historias muy interesantes también y más íntimas", dice.

Asegura que aunque no trabaja para obtener galardones, este último premio le ha abierto muchas puertas y que ahora va a realizar un nuevo proyecto retratando la transición de los países que recorrió este último año "mostrando el lado positivo de las sociedades árabes".

Sobre la ética a la hora de afrontar el trabajo destaca que "hay una línea muy marcada, los fotoperiodistas debemos documentar lo que vemos en silencio y sin intervenir en lo que esta pasando".

"Hay un problema cuando algunos hacen trampas, retocando o eliminado gente de las imágenes, eso es peligroso", admite.

Aconseja a los que quieran dedicarse al fotoperiodismo que asuman que "es una maratón", y que a él le ha costado unos doce años conseguir "algo de estabilidad y continuidad en el trabajo".

Aranda participó hoy en un debate en el Instituto Cervantes de Río de Janeiro con el fotógrafo argentino Alejandro Kirchuk que fue también galardonado en el World Press Photo por su proyecto sobre el mal de Alzheimer.

Kirchuk ganó el premio en la categoría Vida Cotidiana por una serie de fotos que muestran los últimos años de vida de su abuela, que sufría de Alzheimer, y de los cuidados que su abuelo le dio hasta el día de su muerte.

"Este proyecto me sirvió para pasar más tiempo con ellos y acercarme a la profunda historia de amor que me encontré", indicó a Efe el fotógrafo argentino de 25 años.

Kirchuk coincide con Aranda en que es necesario un compromiso y un vínculo personal para lograr profundidad en las imágenes, "porque buenas fotos se pueden hacer en cualquier momento pero para conseguir una mayor profundización es necesario algo más".

"Tras el premio, mi intención y mi vocación no cambian en absoluto, lo que sí que cambia es que se abren puertas que de otra manera serían más difíciles de abrir", dijo.

Formado en una escuela de fotografía "de tendencia artística" y en la Escuela de Fotoperiodismo de Buenos Aires, Kirchuk continúa ahora con dos nuevos proyectos "muy personales", uno sobre la familia de un amigo que acaba de tener un hijo y "de como ese nacimiento altera la dinámica familiar" y otro sobre el fútbol como fenómeno social y cultural en Argentina.

Mostrar comentarios