Frédérique Deghelt: "Se escribe mucho mejor cuando hay fantasmas familiares"

  • La escritora francesa Frédérique Deghelt no esconde que sus abuelas fueron "horribles" y, sin embargo, en su novela "La lectora de Jade" es capaz de relatar una emotiva relación entre una joven periodista y su abuela Jeanne, en la que la pasión por los libros y la lectura será capital.

Irene Dalmases

Barcelona, 21 abr.- La escritora francesa Frédérique Deghelt no esconde que sus abuelas fueron "horribles" y, sin embargo, en su novela "La lectora de Jade" es capaz de relatar una emotiva relación entre una joven periodista y su abuela Jeanne, en la que la pasión por los libros y la lectura será capital.

Reconocida con varios premios como el Prix Chronos y el prestigioso Prix des Lycéens, la también realizadora de televisión reconoce en una entrevista con Efe que a la hora de enfrentarse a la página en blanco "se escribe mucho mejor cuando hay fantasmas familiares".

En este caso, narra la historia de dos mujeres, Jade, una joven periodista decepcionada por una reciente ruptura, y su abuela Jeanne, una anciana a punto de ser internada en una residencia, con la que establecerá una unión especial tras "secuestrarla" e impedir que sus tías la ingresen en un centro.

Deghelt mantiene que en Occidente "se cultiva una visión de que cuando se llega a cierta edad ya no se sirve para nada, mientras que en África pervive el dicho de que cuando un anciano desaparece se va una biblioteca, porque allí, además, la transmisión de conocimientos es en muchas ocasiones oral".

A su juicio, como queda constatado en este relato, que en España publica Principal de los Libros, en los países occidentales "se valora demasiado el envoltorio y mucho menos el contenido, incluso a la hora de morir".

La periodista, que en una época de su vida colaboró con el servicio fotográfico de la agencia EFE en París, asegura que siempre queda muy atrapada por sus historias y aquí llegó a bajarle la tensión, cogía virus a la mínima e "incluso caminaba más lentamente por la calle".

Por otra parte, agradece todos los correos recibidos desde la publicación del libro y el contacto que ha podido establecer, especialmente en Francia, con grupos de lectoras. "Mujeres muy ancianas -prosigue- que son divertidas, extraordinarias y que han dejado atrás todos sus tabúes".

Una de ellas, por ejemplo, le dijo en uno de los encuentros que era muy aficionada a la moda pero "defendía que no había que ir con tacones de quince centímetros, porque podría acabar seduciendo a un hombre, y luego este lo que le daría es la lata", bromea.

Preguntada por su afición a la escritura, Deghelt indica que estudió para ser periodista, pero escribir es desde siempre para para ella "tan cotidiano como respirar". "Procedo de una familia de artistas y si hubiera dicho desde el principio que quería ser escritora no hubiera pasado nada, pero opté por el periodismo", precisa.

No se reconoció como escritora hasta que, tras mantener correspondencia con el fallecido editor Hubert Nyssen, fundador de Actes Sud, este le animó y le dijo que tenía un lugar en su editorial.

"Este hombre me dijo que era una escritora y que no era una escritora cualquiera. Fue como poner estrellas en mi vida y como si me otorgara el derecho a serlo", rememora.

Desde ese momento han pasado unos años. Deghelt ha dejado el periodismo y se dedica únicamente a la literatura, viendo como uno de sus textos, "La vie d'un autre", que se publicará próximamente en España, ha saltado a la gran pantalla, con la actriz Juliette Binoche como protagonista.

Por otra parte, tiene otras novelas en los anaqueles como una historia con la que dice haber pasado miedo cuando la armaba, protagonizada por una mujer que tiene el don de sanar a los enfermos. "En la presentación que hicimos en una librería, algunos volúmenes cayeron al suelo misteriosamente", apunta, enigmática.

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