Gutiérrez Aragón acoge la distinción de la UIMP como un premio a todo el cine

Santander, 8 sep.- El director y guionista Manuel Gutiérrez Aragón ha recibido el Premio a la Cinematografía de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) como un reconocimiento, no sólo a su trayectoria personal, sino a todo el cine, un arte, a su juicio, "muy necesitado de dignificarse".

Su amigo José María Merino ha sido el encargado de pronunciar la laudatio en el acto académico, presidido por el rector de la UIMP, César Nombela.

Gutiérrez Aragón, retirado de la dirección para dedicarse a la literatura, ha agradecido a la UIMP este reconocimiento al cine, porque, tal como ha explicado a los periodistas horas antes de recoger el premio, este arte está "muy necesitado de dignificarse".

Al margen de alguna crítica cinematográfica, ha lamentado que las noticias que se difunden sobre el cine son, en general, "frívolas", sobre las vidas de los actores, "chascarrillos" o "algún escándalo". Y por eso, se alegra de recibir una distinción "académica" para este oficio.

Un reconocimiento que llega, además, de una universidad que despertó el interés de Gutiérrez Aragón desde joven, cuando veía la UIMP como un "templo del saber" donde se podía escuchar "a los sabios más importantes de la época", y que hoy sigue siendo, en su opinión, "el lugar en el que se cruzan las ciencias y las artes" y donde "cada verano se puede tomar la temperatura de la creación".

El director, distinguido en 2005 con el premio Nacional de Cinematografía, ha recordado que su primer acercamiento a esta universidad, para satisfacer su "sed" de conocimiento, terminó frente a una puerta "infranqueable", con un funcionario, "como el guardián tártaro de la muralla del cuento de Kafka", que le impidió entrar.

Entonces se volvió a casa y no contó nada a nadie, hasta hoy, que traspasada ya esa puerta en muchas ocasiones, ha confesado la "inquietud" que siente aún cada vez que se acerca a la península de La Magdalena, por si el "guardián" reconoce aún a aquel "joven provinciano" que no había terminado aún el bachillerato.

"Esta vez he conseguido convencer al guardián y aquí estoy", ha subrayado el cineasta, que en esta ocasión ha cruzado la puerta de la mano del escritor José María Merino, con el compartió la búsqueda del conocimiento y del "sentido de la vida" cuando se conocieron en el colegio mayor.

Merino ha recordado también esos años de juventud, antes de repasar la trayectoria cinematográfica del creador cántabro, que ha dirigido más de veinte películas y ha firmado los guiones de otra decena.

En opinión de Merino, su obra tiene una "personalidad diferenciada", es un cine "marcado por el sello inconfundible de su director, un cine que no se parece a ningún otro", con "un aire de cuento", pero sin perder "en ningún momento" la mirada irónica, "ni la consideración crítica sobre la realidad social y política de la vida española".

"El cine de Gutiérrez Aragón, sin traicionar la representación de la realidad, es capaz de crear una realidad en sí misma, esa realidad propia e independiente que, en definitiva, resulta siempre la verdadera obra artística", ha comentado Merino.

El rector de la UIMP, por su parte, ha destacado el gusto del cineasta cántabro por las "historias pequeñas" que le permiten acercarse "de lo cotidiano a lo universal", a través de un cine "con cimientos y raíces, pero no ensimismado, sino plenamente abierto".

Ahora, retirado ya de la dirección, Nombela le ha animado a reconsiderarlo y llevar a la pantalla la película que, según ha confesado el propio director a los periodistas, tiene pendiente, ambientada en el Valle del Pas.

"Ojalá podamos decir muy pronto que la ha estrenado y que cosecha el éxito que también merece en el siglo XXI ese cine de orfebrería, ese cine artesanal", ha concluido Nombela para cerrar el acto, al que han asistido, entre otros, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, y el portavoz del PRC en el Parlamento cántabro, Rafael de la Sierra. EFE

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