"Infancia Clandestina", una revisión histórica argentina que dicta ejemplo

  • La ópera prima de Benjamín Ávila "Infancia clandestina", seleccionada por Argentina para competir en la próxima edición de los Premios Goya como Mejor Película Iberoamericana, demuestra que a través del cine puede reconstruirse hasta la historia más oscura de un país.

Lara Olmo

Madrid, 17 dic.- La ópera prima de Benjamín Ávila "Infancia clandestina", seleccionada por Argentina para competir en la próxima edición de los Premios Goya como Mejor Película Iberoamericana, demuestra que a través del cine puede reconstruirse hasta la historia más oscura de un país.

Durante una entrevista hoy con Efe con motivo del estreno de la cinta en las salas españolas, el cineasta hizo un paralelismo entre el pasado reciente español y argentino, y ha defendido su cinta como un impulso para "reflexionar sobre la propia historia y reconstruirla"

En la misma línea, Ávila ha comparado la crisis económica española con la argentina de hace unos años, y ha defendido la supremacía de lo "público".

"Deberían tomar de ejemplo a Argentina. Me da pánico pensar que España esté pasando por un 'ochenta y nueve argentino', cuando absolutamente todo se privatizó y acabó fundiendo al país", añadió.

"Infancia Clandestina" continúa así con su difusión internacional, cuando acaba de ser seleccionada por la Academia de Cine argentina para competir en la próxima edición de los Premios Goya como Mejor Película Iberoamericana, además de ser la candidata a la nominación al Óscar a mejor película de habla no inglesa.

Ernesto Alterio, quien da vida al tío Beto, trascendental en la película, confesó a Efe que la cinta ya es casi un "objeto de culto en Argentina".

El recorrido de la película desde su estreno está siendo excelente. La propia Academia de Cine argentina la ha reconocido con diez de sus galardones; los Premios Sur, en diez categorías, entre ellas la de Mejor Película, galardón que también ha recibido en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y el Festival Internacional de Cine de la Unión de Naciones Suramericanas.

Inspirada en la experiencia de su realizador, la cinta es un bello poema sobre la niñez de un hijo de guerrilleros montoneros perseguidos por la dictadura militar argentina en 1979, y que participan en la Operación Contraofensiva.

Contada desde los ojos de un niño Juan la película es un recorrido luminoso, mezcla entre lo real y lo onírico, de la vida cotidiana de su familia.

De ahí que "enfoque el conflicto militar argentino desde un punto de vista diferente, sin dogmatismos -explicó Ávila-; y en ese sentido no es una película cómoda. Ofrece elementos para rearmar la historia de Argentina, para revisarla"

"No es que estuviera errada, porque en Argentina siempre se ha luchado por la construcción de la memoria histórica para que esta nunca se olvide, pero se había endurecido y deshumanizado", añadió.

Hijo de una madre desaparecida y padre montonero, Benjamín Ávila vivió de primera mano lo que suponía creer en algo "firmemente", hasta el punto de que "las ideas y creencias y la realidad" eran lo mismo.

Era una forma de ver el mundo que influía irremediablemente en las emociones, y que determina el mundo de Juan, el reflejo ficticio de Ávila en su niñez, quien se ve obligado a ocultar su identidad.

"No me siento una víctima, fui parte de una construcción. Lo que más me alegra es sentir que aquellos sacrificios y angustias no fueron en vano", explicó.

Pero un niño de doce años, que está experimentado el complejo tránsito a la adolescencia, necesita salir del hermético mundo de las consignas, los escondites y las armas.

El personaje de Alterio es la válvula de escape para el pequeño Juan, un rol que faltó en la vida de Ávila, pero que "todos querríamos tener".

Alterio, que comparte cartel junto a la uruguaya Natalia Oreiro (la madre), describe al personaje de tío Beto como "una persona conectada con la vida, con una capacidad de disfrute innata y que encarna la libertad, aquello por lo que luchaba".

Su filmografía argentina ha ido tomando peso progresivamente y no tiene visos de parar, ya que pronto le espera otro proyecto a ese lado del charco.

"El cine vive un momento dulce en Argentina, donde acaban de catalogarlo como industria, y las escuelas de filmografía están llenas de nuevos talentos", explicó Alterio, en cuyos planes sin embargo no figura instalarse definitivamente en ese país.

En su carrera hacia el Óscar "Infancia Clandestina" compite contra 71 candidatas, pero el director apuntó como elementos a su favor que "está entroncada en la Historia, tiene mucha densidad y es universal". La suerte está echada.

Mostrar comentarios