iPhone analógico y revelador

  • Hasta el 27 de mayo el Espacio Prado del Ateneo de Madrid acoge la exposición 'Déjà Vu' que reúne el trabajo de Matth Van Mayrit centrado en fotografías hechas con el iPhone. Dieciocho instantáneas de diferente tamaño que guardan el misterio de las fotografías analógicas.
Alessia Cisternino

¿Una foto hecha con el iPhone puede tener el mismo misterio que una hecha con una cámara analógica?.

Todo depende de quien maneje esta herramienta de última generación y con cuáles intenciones. No siempre la tecnología significa dar un paso hacia el futuro, a veces puede ser útil para redescubrir una emoción del pasado.

Matt Van Mayrit empezó hace dos años a hacer fotos con su iPhone3, pero en vez de subirlas al Facebook decidió superponer todas las fotos hechas a lo largo del día en una sola imagen a través del Photoshop. Es así que descubrió que ese proceso – a pesar de involucrar dos herramientas tan modernas – era capaz de devolverle una sensación tan antigua como la de tener que esperar el revelado para ver cómo había quedado la foto.

Hasta el 27 de mayo el Espacio Prado del Ateneo de Madrid acoge dieciocho de las instantáneas que Matth ha hecho a lo largo de los últimos dos años en la exposición 'Déjà Vu'. Cuatro de ellas son en formato poster y sus píxeles son un claro homenaje a Roy Lichtenstein. Todas se refieren a la misma persona y al mismo día y narran todo lo que pasó en ese día y a esa persona en un solo click. O más bien en un "click condensado".

Matth Van Mayrit es el pseudónimo que Ludovic Assémat ha elegido para exponer su trabajo como fotógrafo. Matth es su segundo nombre, Van un homenaje a los pintores flamencos – sus favoritos – y Mayrit es el nombre árabe de Madrid. Algo que suena así como "Mateo de Madrid". Una pequeña declaración de amor a la ciudad en la que este joven artista francés nacido en Toulouse decidió vivir hace siete años.

Historias de un día

"Todo empezó por casualidad" afirma Ludovic. "Las primeras fotos que hice con el móvil eran para recordar momentos precisos de mi vida, por ejemplo a la salida de una exposición o eran fotos de amigos que estaban a punto de irse de Madrid, en otras palabras para tener una memoria visual del día a día".

"Pero luego, cuando volvía a mirar las fotos por la noche, descargándolas en el ordenador, me parecía que no revelaban exactamente lo que habíamos vivido a lo largo del día, así que empecé a trabajarlas y se me ocurrió compilar y comprimir en una sola todas las fotos de estos momentos para tener distintos elementos en una única foto".

"Al contacto con las otras, cada fotografía deja aparecer elementos en los que no te habías fijado. De repente aparece una mano o una taza horrible en la mesa. Lo que me gustaba de la fotografía analógica era el proceso de revelado porque no sabías nunca cómo había quedado la foto. Este caso es un poco lo mismo, porque hasta cuando no hago el trabajo con el Photoshop, no sé exactamente cómo va a salir la foto, hay una gran parte de casualidad".

Déjà Vu

La exposición arranca con la instantánea de un beso. Un guiño, dice Ludovic, a la historia de la fotografía. El recorrido de la muestra sigue un criterio visual, más que cronológico y conceptual. "La exposición es una forma diferente y nueva de pensar estas fotos" dice Ludovic "porque a la hora de hacer el montaje las fotos – que a veces vienen a unos meses, unos años de distancia – dialogan, se contestan. Mis fotografías no son alegorías ni metáforas, sino compresiones diarias, instantáneas de un momento".

Se trata de vivir lo vivido, pero de otra manera, de ahí el título de la muestra. "El déjà vu es un estado de ánimo que se da cuando te está pasando algo y te parece haberlo vivido ya. En este caso es un poco lo mismo: son imágenes del día y cuando las revelo en el Photoshop sé que he vivido este momento pero es como si lo volviera a vivir con elementos que mi inconsciente no había percibido. Toda la parte que el inconsciente había olvidado del momento es la que al final aparece en la foto. La gracia de estas fotos está en el descubrimiento a posteriori de todo el contexto, de todo el entorno que te rodeaba a la hora de hacer la foto". Un déjà vu, con un encanto analógico y una magia toda digital.

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