José María Conget cree que "el cómic es un medio narrativo tan poderoso como el cine"

  • Sevilla.- El escritor José María Conget (Zaragoza, 1948) ha dicho a Efe que el cómic "es un medio narrativo tan poderoso como la literatura o el cine", con motivo de la publicación de su libro "Espectros, parpadeos y shazam", dedicado a su particular mitología literaria, cinematográfica y del cómic.

Sevilla.- El escritor José María Conget (Zaragoza, 1948) ha dicho a Efe que el cómic "es un medio narrativo tan poderoso como la literatura o el cine", con motivo de la publicación de su libro "Espectros, parpadeos y shazam", dedicado a su particular mitología literaria, cinematográfica y del cómic.

Conget arranca este libro con una advertencia que más parece una declaración de entusiasmo: "No creo en la decadencia actual de la literatura, el cine contemporáneo me parece tan interesante como el llamado clásico, leo tebeos, antiguos y modernos, todos los días".

El título del libro obedece a sus tres partes: "Espectros", dedicada a sus filias y fobias literarias; "Parpadeos", a las cinematográficas, entre cuyas fobias destaca la que el autor profesa por Garci, a quien no duda en calificar de "director cursi"; y "shazam", palabra con la que, al pronunciarla, el niño que vendía periódicos se convertía en el Capitán Marvel de los cómics.

En su libro, Conget confiesa: "Mi afición a la historieta no ha conocido desmayo desde la niñez, salvo, para ser sinceros, durante la etapa de estudiante universitario en la que absurdamente me avergonzaba de que mis graves lecturas de Kierkegaard se contaminaran de los virus del planeta Mongo".

La afición a los cómics, según dijo Conget, se adquiere en la infancia y algunos la conservan pese al paso de las décadas, como es el caso de sus amigos Manuel Aguirre, Agustín Sánchez Vidal y Antonio Altarriba, los tres profesores universitarios y escritores.

Sobre las páginas que recogen los ensayos dedicados a los cómics y agrupados bajo el epígrafe de "shazam", el autor aconseja que sólo se aventuren por ellas los aficionados "al universo de las viñetas, bastante más complejo de lo que supondrían los profanos".

Desde sus tiempos de estudiante y hasta muchos años después Conget conservó también la costumbre de ver una película diaria -"y los domingos dos o tres, que en Zaragoza había sesión matinal"-, una costumbre que perdió por razones laborales, como los diez años que trabajó en la programación cultural del Instituto Cervantes, ocho en Nueva York y dos en París.

"Siempre me ha gustado el cine malo, el cine muy malo, que ya no se hace, ahora se hacen películas malas pero no el cine espantoso de entonces, como las películas mexicanas de monstruos o vampiros, eso ya no se hace", lamentó Conget, quien también sintió no poder retomar su costumbre de una película diaria ni aunque se haya jubilado como profesor de Literatura, por falta de tiempo.

"Espectros, parpadeos y shazam" se compone de unos sesenta artículos y ensayos unidos por el tono, ya que, confesó su autor: "No puedo hablar de las cosas que me gustan sin mucha pasión".

Algunos de los títulos de estos ensayos dicen mucho de su contenido, como "Elogio y nostalgia del bodrio", "Entre la nostalgia y el arte pop: Los tebeos de los cincuenta", "Caspa y brasero", "Cervantes y la risa" o "Raskolnikof llega al Ebro".

Aunque nunca pensó agrupar estos textos en un libro hasta que así se lo requirió la editorial sevillana "Point de lunettes", Conget aseguró que, a la hora de escribirlos, sí pretendió dotarlos de "una validez que no acabara en la anécdota del momento; que también fuesen una reflexión general sobre algún tema y no simplemente una opinión o un exabrupto, de las que se nota que también los tengo".

Y así lo avisa en el prólogo: "Mi voz no aspira a sobreponerse a las ajenas y estas páginas se acogen al tono conversacional de una charla entre amigos que de vez en cuando se permiten exabruptos".

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