"La caballería roja" del arte soviético toma Madrid

  • Mateo Sancho Cardiel.

Mateo Sancho Cardiel.

Madrid, 5 oct.- Del ardor revolucionario a la dictadura cultural, Malévich, Ródchencko, Kandinsky o Eisenstein y sus diferentes formas de arte y propaganda tomarán mañana la Casa Encendida de Madrid bajo el título de "La caballería roja. Creación y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945".

Con la luz arrojada por la reciente desclasificación de documentos de Lenin, Stalin y la KGB y tomando como referencia un cuadro de Malévich y un relato de Isaak Bábel, "La caballería roja" quiere reinterpretar y reivindicar ese arte a caballo entre la revolución y la Segunda Guerra Mundial, entre la libérrima vanguardia experimental y el realismo socialista dogmático.

"Es algo mucho más complicado que decir que la vanguardia fue aplastada por el realismo socialista. Es una ósmosis entre cultura y política", ha explicado la comisaria de la exposición, Rosa Ferré, que tras tres años de preparación por fin ha encontrado la veta para la muestra en el Año Dual Rusia-España.

Junto a ella, el director de la Casa Encendida, José Guirao, la directora del museo estatal y centro de exposiciones Rosizo de Moscú, Luvob Pozhidaera -que ha definido este montaje como "una investigación científica"- y el conservador de la Cité de la Musique de París, Pascal Huynd, han presentado en Madrid esta muestra gratuita que mañana se inaugura.

Repartida por todo el edificio en bloques temáticos, "La caballería roja" comienza con el sector "Octubre, año cero", tomado por la izquierda futurista más visionaria e iconoclasta con las pinturas de Kandinsky y Chagall, el teatro de Meyerhold o la escritura de Vladímir Mayakovski y Gorki.

Grafitis primigenios, un ajedrez sin rey ni reina, diseños de vestuario que podrían competir en extravagancia con un videoclip de Lady Gaga, música retrofuturista, ingeniería puntera traducida en arte maquinista o mastodónticas escenografías ilustran el potencial creativo de una época con muchos mitos por derribar.

"Con toda la humildad, hemos intentado desmentir que Lenin apoyaba la vanguardia, pues era una persona absolutamente conservadora en términos artísticos, y que Stalin era analfabeto, pues en privado leía en un montón de idiomas y era el gran editor de la cultura de su época", ha desvelado Ferré.

Ese control comienza a sentirse también en la muestra, que se abre al "peligro del entusiasmo" y desemboca en los planes quinquenales y en el realismo socialista, "un movimiento -dice Ferré- no para crear artefactos artísticos sino para crear socialismo" y en el que "se acaba toda posibilidad de disidencia".

La artillería propagandística contó con autores con los que la muestra tampoco ha sido condescendiente. "No hemos sido amables con ellos. Ser artista oficial significaba un privilegio, pertenecer a una elite. La autoconciencia del talento les impedía salir de la rueda", ha aseverado Ferré.

La caballería roja" galopa también sobre las viñetas y carteles antinazis tras la ruptura del pacto de no agresión entre Alemania y la URSS en 1941.

José Guirao describe esta mirada atrás dentro de una entidad que apuesta por la rabiosa actualidad como una "arqueología viva".

Además de "rendir homenaje a la creación", "La caballería roja" llama a la "reflexión de cómo estos artistas se enredaron en el poder", algo que debería servir también "en una época (la actual) en la que está más disimulado que nunca y la creación está más entregada que nunca a ese poder", ha argumentado.

Como complemento a las obras expuestas, la Casa Encendida ha programado durante el último trimestre de 2011 un ciclo de cine ruso del siglo XXI y la película de diez horas "Noticias de la antigüedadde la ideología", del alemán Alexander Kluge, que recoge el film-ensayo que Sergei Eisenstein quería hacer de "El capital", de Karl Marx.

La música también será protagonista con dos conciertos clásicos programados para los días 8 y 9 de octubre y, en noviembre, un ciclo de electrónica rusa en el que se dará protagonismo al Theremin, un instrumento de ondas sonoras inventado en los primeros años de la URSS.

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