La huella que Los Beatles dejaron en Hamburgo sigue viva 50 años después

  • Berlín.- El espíritu fiestero y musical que experimentaron los Beatles en Hamburgo durante sus inicios sigue vivo en la ciudad hanseática en sus más diversas formas, 50 años después de que unos chicos desconocidos de Liverpool llegaran para dar algunos conciertos, perder la virginidad y quemar un preservativo como protesta.

La huella que Los Beatles dejaron en Hamburgo sigue viva 50 años después
La huella que Los Beatles dejaron en Hamburgo sigue viva 50 años después

Berlín.- El espíritu fiestero y musical que experimentaron los Beatles en Hamburgo durante sus inicios sigue vivo en la ciudad hanseática en sus más diversas formas, 50 años después de que unos chicos desconocidos de Liverpool llegaran para dar algunos conciertos, perder la virginidad y quemar un preservativo como protesta.

Un museo, una plaza con su nombre, decenas de fotos, locales míticos y varios tours especializados recuerdan los tiempos en que los Beatles trabajaron y callejearon por el barrio de St. Pauli, un barrio con locales de prostitución y eróticos en pleno centro de Hamburgo, la ciudad en la que "crecieron".

En 1960, John Lennon, Paul McCartney, Pete Best, Stuc Sutcliffe y un George Harrison de 17 años llegaron por primera vez a Hamburgo contratados para tocar en directo, dado que había promotores que se dedicaban a dar conciertos de música internacional y las bandas de Liverpool eran más baratas que las londinenses.

"Entonces los Beatles eran cinco y no eran conocidos", señala Stefanie Hempel, conocida como "Stiffi", una joven estudiante cuya admiración por los "Escarabajos" le llevó a crear la primera ruta guiada por la ciudad basada en las vivencias de estos músicos.

A su llegada a Hamburgo, los Beatles tocaban rock and roll internacional y su imagen se basaba en pantalones de cuero y un peinado con flequillo engominado hacia atrás, al estilo Elvis Presley.

Durante su periplo por la ciudad alemana, los jóvenes británicos entraron en contacto con estudiantes, entre ellos Astrid Kirchherr, una fotógrafa y miembro de la banda "Exis", de quienes los Beatles imitarían su "Mushroom style", el mundialmente famoso corte de pelo champiñón.

Los Beatles vivieron en Hamburgo nuevas experiencias, ya que era una ciudad más abierta que Liverpool, con mayores oportunidades para tontear con las drogas y repleta de clubes de "streptease".

Allí, George Harrison "perdió la virginidad delante de sus compañeros", según escribió el biógrafo oficial del grupo, Hunter Davies.

El primer bar hamburgués en el que actuaron fue el "Indra", donde había días en que los cinco músicos tocaban hasta siete horas seguidas, algo que no habían hecho nunca antes y que les obligaba a alargar cada una de las canciones que interpretaban.

Después pasaron a actuar en el "Kaiserkeller", un cochambroso local propiedad del promotor Bruno Koschmider quien, según la historia, denunció que Harrison era menor de edad cuando se enteró de que el grupo había fichado por el "Top Ten", un local de la competencia.

La denuncia provocó la expulsión de George a Inglaterra, mientras que el resto de la banda, como protesta, quemó un preservativo dentro del "Bambi", el pequeño cine en el que los Beatles pernoctaban, que resultó calcinado.

Pero la banda regresó a Hamburgo en varias ocasiones más, y entre 1960 y 1962, tocó, en un total de 281 noches, alrededor de 1.500 horas de música en directo.

"A Hamburgo llegamos siendo unos críos y regresamos siendo unos críos maduros. Allí crecimos", diría McCartney.

El paso por la ciudad portuaria produjo cambios en la banda y en su composición, ya que de cinco pasaron a ser cuatro después de que Stu, conocido como "el quinto Beatle", muriera en 1962 de una hemorragia cerebral en la urbe alemana.

Pero ese no fue el único cambio, ya que el batería original, Pete Best, fue sustituido por Ringo Starr, a quien conocieron precisamente en Hamburgo, cuando este tocaba con otra banda inglesa.

A partir de 1963, una vez alcanzada la fama, el grupo junto nunca volvió a Hamburgo, pero sí lo hizo Paul en 1989, cuando regresó para ofrecer un concierto y, de paso, pagar los 80 marcos que debía en el "Gretel + Alfons", un bar del que treinta años antes se había marchado sin pagar.

Las aventuras y desventuras de los primeros años de los Beatles se han convertido hoy en uno de los atractivos de Hamburgo, donde una plaza con forma de vinilo recuerda que la ciudad fue y sigue siendo un referente en el desarrollo musical europeo.

Sobre el disco, cuatro músicos de metal, más uno apartado -en recuerdo del quinto Beatle-, invitan a los llegados al lugar a adentrarse en el barrio y pasear por la calle Grosse Freiheit (Gran Libertad), donde las luces de míticos locales como el "Indra" o el "Keisekeller" siguen hoy, cincuenta años después, parpadeando.

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