La inmigración mexicana sale a escena en Nueva York con la obra "Amarillo"

  • La compañía Teatro Línea de Sombra estrena hoy en Nueva York su obra "Amarillo", en la que se recrea el drama humano que supone la migración de la población de México y Centroamérica hacia Estados Unidos, presentada como uno de los fenómenos más violentos de la época contemporánea.

Nueva York, 18 oct.- La compañía Teatro Línea de Sombra estrena hoy en Nueva York su obra "Amarillo", en la que se recrea el drama humano que supone la migración de la población de México y Centroamérica hacia Estados Unidos, presentada como uno de los fenómenos más violentos de la época contemporánea.

"Con esta obra tratamos de mostrar el marco de la migración desde una aproximación distinta, con sus implicaciones sociales, políticas e incluso estéticas", explicó a Efe el director de "Amarillo", el mexicano Jorge Vargas.

El título de este espectáculo remite a una remota población de Texas a la que el inmigrante nunca llegó, pero también al "rigor extremo del sol de ese desierto en el que tantas personas arriesgan su vida cada año en pos del sueño americano", apuntó Vargas, quien trabaja con cinco actores y un cantante.

Con ellos, logra dibujar "un arquetipo, el del hombre que parte en busca de una oportunidad y de quien no se sabe nada", por lo que una mujer, en la distancia, se dedica a reconstruir su cuerpo, su identidad, su probable itinerario y el discurso imaginado del ausente.

"Se trata de mostrar qué resonancia tiene este arquetipo, en una problemática como la de la migración, que es una de las más violentas de la época contemporánea", abundó Vargas, quien, sin embargo, puntualizó que no pretende "retratar la violencia obvia de uno de los trayectos más peligrosos del mundo, sino la violencia invisible del sistema, de los intereses económicos".

Para lograrlo, Vargas documenta este viaje desde un punto de vista "humano, poético", a través de múltiples soportes y plataformas, como objetos con los que se improvisa en escena, instalaciones para construir paisajes o la propia voz narrativa.

"Quería construir un territorio ambiguo y una atmósfera entre lo real y lo virtual, lo imaginario y lo material, la presencia y la representación", apuntó Vargas y añadió que en escena confluyen dos personajes más en abstracto: México y Estados Unidos, ya que "todos estamos involucrados con el migrante, también el que lo expulsa".

Con este binomio, el director aspira a crear un "encuentro con múltiples realidades, que logren comprometer y convertirse en una ganancia para el espectador, que le hagan reflexionar aunque sea dos minutos de camino al metro en este mundo de velocidad donde todo se olvida en segundos".

"Amarillo" se presentará hasta el 20 de octubre en el marco del Festival Internacional de Teatro Latino de Nueva York.

"Ya hemos presentado esta obra en unos doce países, pero era importante abrir esta ventana al teatro contemporáneo de México en Nueva York, por su pasado histórico, en el que está tan presente la inmigración", apuntó Vargas.

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