La octogenaria Geta Bratescu traslada sus "estudios" por primera vez a España

Belén Molleda.

León, 8 mar.- La octogenaria rumana Geta Bratescu, una de las figuras más relevantes del arte conceptual de Europa del Este, exhibe su visión sobre las posibilidades del arte en una exposición que se inaugura mañana en León, en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), la primera que protagoniza en España.

Hasta el 29 de septiembre y bajo el título "Los estudios del artista", la autora expresa el particular concepto de "taller" o "estudio" de Bratescu no sólo como un espacio físico, sino también como una exploración sobre los límites y posibilidades del arte.

Se trata de una de las primeras exposiciones que la artista ha protagonizado en Europa, y su presencia en el MUSAC supone "el punto de partida" para futuros acuerdos de colaboración con otras instituciones europeas de cara a nuevos montajes en otros países, según ha explicado hoy en León, durante la presentación de la muestra, la comisaria de la misma, Magda Radu.

Dada su avanzada edad, Bratescu (Ploiesti, Rumania, 1926) no ha podido acudir al acto de presentación de esta exposición, fruto de la colaboración entre el MUSAC y el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Rumanía, según ha informado el responsable de División de Equipamientos Culturales y Turísticos de la Fundación Siglo, José Javier Fernández.

"Es fascinante" comprobar la "riqueza plástica del trabajo incesante" de esta mujer, que crea "performances", fotos, vídeos, litografías, "collages" e incluso esculturas, ha explicado la directora del MUSAC, Eva González.

A todo esto se suman sus textos, que pueden interpretarse en relación con su arte, pero que poseen una identidad autónoma propia.

La muestra supone una auténtica exploración en la historia del arte, un trabajo creado en su mayor parte hace varias décadas y con procedimientos pertenecientes al arsenal visual y conceptual del modernismo, pero muy de actualidad, porque su riqueza es inmensa.

A lo largo de la exposición, se puede contemplar cómo la artista establece con sus obras una conexión entre arte y vida, realidad y artificio, así como naturaleza y cultura.

"Hacer una selección de sus trabajos ha sido difícil", ya que su obra es inmensa, ha explicado la comisaria de la muestra, que ha argumentado que se ha elegido el concepto de "taller", con el fin de reflejar su faceta multidisciplinar, así como la profundidad de su pensamiento intelectual.

El recorrido por la muestra comienza con un taller como espacio, en el se exhiben las primeras exploraciones que hace Bratescu tanto del trabajo físico del artista, como de los instrumentos que usa.

Una instalación, titulada "No a la violencia", en la que pretende una explícita crítica contra la guerra y que data de 1974, sirve para poner un punto final a esta exposición.

En la muestra coexisten el espacio del estudio-taller con el espacio industrial, a través de imágenes de la fábrica de calderas en la que trabajó y de una imprenta, que frecuentemente visitaba cuando llevaba una revista; así como con la topografía del espacio mediterráneo, que representa uno de los pilares fundamentales de sus obras, aglutinadas en la serie "Medea" (1980).

En sus trabajos, se aprecia su tendencia a reflejarse ella misma en el arte de una forma literal, como el caso del vídeo titulado "Las manos de mi cuerpo" (1977), en el que hace un análisis artístico, incluso psicológico, de sus manos; o las nueve fotografías en las que muestra los cambios de su cuerpo en relación con el espacio.

Parte de los rasgos definitorios de la artista, que se plasman en la muestra, son su constante dinamismo, su eterno estado de cambio y la fusión entre arte y realidad.

Su presencia en una fábrica de calderas durante la época en la que los miembros de la Asociación de Artistas Plásticos estaban obligados a dedicar parte de su tiempo a dibujar en ámbitos industriales desembocó en una reflexión sobre el círculo, extraída a partir del contorno de las calderas, y que también se refleja en la exposición.