La plaza abierta al mundo soñada por Niemeyer se sitúa al borde del cierre

  • "Una plaza abierta a todo el mundo, un lugar para la educación, la cultura y la paz", así soñó el centenario arquitecto brasileño Óscar Niemeyer el complejo cultural que lleva su nombre y que, seis meses después de su inauguración, se sitúa al borde del cierre por las desavenencias entre sus gestores y el Gobierno asturiano que preside Francisco Álvarez-Cascos.

Raúl Molina

Oviedo, 12 dic.- "Una plaza abierta a todo el mundo, un lugar para la educación, la cultura y la paz", así soñó el centenario arquitecto brasileño Óscar Niemeyer el complejo cultural que lleva su nombre y que, seis meses después de su inauguración, se sitúa al borde del cierre por las desavenencias entre sus gestores y el Gobierno asturiano que preside Francisco Álvarez-Cascos.

A tres días de que finalice el periodo de cesión del centro a la Fundación constituida para gestionarlo se mantienen las incógnitas sobre su futura programación, cuya continuidad el Gobierno garantiza, aunque el complejo podría perder incluso el nombre dado que ésta se atribuye la propiedad intelectual del proyecto.

La composición del Patronato, donde el Gobierno regional reclama un mayor peso dado que es el principal suministrador de fondos y que fue modificada una vez celebradas las elecciones autonómicas, es, junto a la continuidad de sus gestores, encabezados por el director del centro, Natalio Grueso, la principal causa de un conflicto envenenado con intercambios de duras acusaciones entre ambas partes.

Así, el Principado ha cuestionado la legalidad de un cambio estatutario que hacía que las personas jurídicas no tengan más de un representante en el patronato, con lo que el Gobierno regional pasaba de cuatro patronos a uno y el Ayuntamiento de Avilés y la Autoridad Portuaria de dos a uno y elevaba a una mayoría de dos tercios el quórum necesario para la elección de sus cargos.

Grueso y su equipo han sido respaldados, no obstante, por el propio arquitecto que regaló el diseño del complejo cultural al Principado y que considera que deben seguir al frente de una obra que requiere "entusiasmo, amor a la cultura y creatividad".

No obstante, la opinión del Ejecutivo asturiano difiere mucho de la de Niemeyer y considera que ha habido numerosas irregularidades en la gestión que lo han conducido a una situación económica que ofrece muchas dudas a la administración autonómica.

El consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, llegó a calificar de "cultura del espectáculo" la programación ofrecida desde que en 2007 se constituyó la Fundación y cuestionó los elevados fondos públicos aportados en los últimos años en detrimento de aspectos como la conservación del prerrománico asturiano.

Inaugurado oficialmente en su integridad el 25 de marzo de 2011 tras abrir sus primeros espacios hace un año, el centro cultural es la primera obra en España diseñada por Niemeyer y -según sus propias palabras-, la mejor y más querida que ha hecho fuera de Brasil.

El Auditorio, la Cúpula, la Torre-Mirador, el Edificio Polivalente y la Plaza Abierta son los cinco espacios que componen el centro, que supuso una inversión de 43 millones de euros.

El auditorio es el edificio más alto y el más complejo de formas. Cuenta con 961 butacas pero no tiene palcos. El gran escenario está integrado en el edificio pero a la vez abierto a la Plaza, para actuaciones al aire libre y con un aforo para 10.000 personas.

La Cúpula es una semiesfera de hormigón que forma un espacio diáfano de 2.000 m2 para exposiciones mientras que la torre-mirador de 20 metros de altura está concebida como espacio gastronómico, al que se daba la misma importancia cultural mientras que el edificio polivalente ha sido utilizado para proyectar películas de autor contando con la asesoría del director estadounidense Woody Allen.

Tras un año de actividad que ha contado con la participación de Kevin Spacey, Paulo Cohelo o Jessica Lange, entre otros, la plaza central del complejo presentaba hoy un aspecto desolador al igual que sus instalaciones en las que los propietarios de la tienda y de la cafetería-restaurante recogían sus enseres mientras se retirada el montaje de la exposición del artista Hugo Fontela.

Cuatro años después de que ocho centros de referencia mundial constituyeran en Avilés un foro de colaboración y reflexión que llegó a calificarse de "G-8 de la cultura", el complejo soñado por Niemeyer para recuperar un espacio urbano degradado por la actividad industrial cerraba sus puertas de forma provisional sólo tres días antes de que su creador celebre en Río de Janeiro su 104 cumpleaños.

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