La Puerta del Sol, ante su última encrucijada

  • Eduardo Sobreviela.

Eduardo Sobreviela.

Madrid, 10 oct.- La madrileña Puerta del Sol, kilómetro cero de las carreteras radiales de España, ha tenido a lo largo de sus más de 150 años de historia fuentes, estatuas, coches, tranvías, aguadores, templetes del metro y del tren, campanadas, ovejas, anuncios de fino y manifestantes de toda condición.

Pero lo que no había tenido, y va a tener ahora, según ha planeado el Ayuntamiento, son terrazas de veladores en las que disfrutar de la ciudad con una buena tapa y algo tan común en todas las plazas de España como árboles, al menos árboles plantados con sus raíces en el subsuelo y no en macetas, por grandes que sean.

La oposición municipal no se lo cree, pero el Gobierno de Ana Botella asegura que la próxima remodelación de la Puerta del Sol no tiene nada que ver con que la plaza se haya convertido, fundamentalmente desde el nacimiento allí mismo del movimiento indignado el 15M de 2011, en foro habitual de concentraciones, manifestaciones y reuniones de protesta y reflexión colectiva.

La alcaldesa de la capital, Ana Botella, ha asegurado que la remodelación de la Puerta del Sol planificada por el Ayuntamiento es "una manera de hacer una plaza más amable para los vecinos de Madrid y una plaza que se pueda vivir".

Un objetivo que también tuvieron las numerosas reformas que se han sucedido en este emblemático espacio de la capital de España, abierto en la década de 1850 entre las callejuelas del casco histórico de la ciudad.

Dicen los textos históricos que la plaza, hoy céntrica pero antiguamente en el límite este de la ciudad, toma su nombre de un postigo de la antigua muralla medieval, derribada en el siglo XVII, que estaba decorado con un Sol, aunque existen otras hipótesis.

Lo que sí es cierto es que la Puerta del Sol ha sufrido a lo largo de su historia una serie de reformas de las que dan testimonio numerosas fotografías y noticias.

La plaza fue atravesada desde principios del siglo XX por varias líneas del desaparecido tranvía y en ella se dispusieron y se eliminaron sucesivamente calzadas y aceras, líneas de aparcamiento y un templete de acceso al metro, mientras los edificios, entre ellos la actual sede de la Comunidad de Madrid y antiguamente temida Dirección General de Seguridad, permanecían inalterables.

En 1950 se planificó una zona ajardinada con dos fuentes neobarrocas en el centro trasladadas desde la plaza Mayor y a finales de 1986 se restringió parcialmente el tráfico, se amplió la zona peatonal junto a las calles de Preciados y Carmen y se colocó nuevo mobiliario urbano, incluidas las entonces célebres farolas "supositorios" que años después se cambiaron por otras más tradicionales.

En la década de 1990 se colocó en el centro de la plaza una escultura ecuestre de Carlos III y otra del Oso y el Madroño.

La última remodelación hasta ahora comenzó en el año 2005 y finalizó en junio de 2009, con el objetivo de incrementar aún más la zona peatonal, también hacia las calle Arenal y Montera, y facilitar el acceso, con una moderna construcción de vidrio y metal, a la nueva estación de Cercanías.

Entonces se aseguró que en la Puerta del Sol no se podían plantar árboles porque el subsuelo estaba completamente ocupado por vestíbulos y andenes del metro y el tren, pero ahora parece factible encontrar algunos huecos para especies que no necesiten demasiada profundidad.

En todo caso, en esta época de crisis, el Ayuntamiento no tiene intención de gastar demasiado en una reforma menos ambiciosa que las anteriores y que, además, le va a reportar algunos ingresos en forma de canon por la instalación de terrazas.

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