La terna remonta el deslucido debut de Talavante como ganadero

  • La buena actitud de la terna de aspirantes, de los que Cristian Climent y Varea cortaron sendas orejas, remontó el deslucido juego de los utreros con que el diestro Alejandro Talavante debutó hoy en Valencia como ganadero en novillada con picadores.

Paco Aguado

Valencia, 23 jul.- La buena actitud de la terna de aspirantes, de los que Cristian Climent y Varea cortaron sendas orejas, remontó el deslucido juego de los utreros con que el diestro Alejandro Talavante debutó hoy en Valencia como ganadero en novillada con picadores.

FICHA DEL FESTEJO:

Seis novillos de Toros de Talavante, de dispar volumen y alzada pero todos de finas hechuras y correcta presentación. En general, bajos de raza o de fuerzas y con una actitud defensiva en el último tercio, salvo el tercero, que se empleó con mayor entrega y nobleza.

Álvaro Lorenzo: estocada y descabello (silencio tras aviso); tres pinchazos y estocada desprendida (ovación tras aviso).

Cristian Climent: tres pinchazos y estocada delantera atravesada (silencio tras aviso); estocada trasera caída (oreja tras aviso).

Varea: pinchazo y estocada (oreja tras aviso); estocada trasera y cinco descabellos (vuelta al ruedo tras leve petición de oreja).

Entre las cuadrillas, José Manuel Montoliú y Miguel Ángel García saludaron tras banderillear al segundo.

Tercer festejo del abono, con un cuarto de entrada en los tendidos en tarde de viento que condicionó la lidia.

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VAREA Y CLIMENT, DOS FIRMES PROMESAS

Uno de los atractivos de la tarde era el debut como ganadero en novillada con picadores del diestro extremeño Alejandro Talavante. Pero los utreros del diestro extremeño, de puro origen Núñez del Cuvillo, no estuvieron a la altura del acontecimiento.

Sólo el tercero de los finos ejemplares dio facilidades para el toreo, sin la actitud defensiva y deslucida del resto de sus hermanos. Y para complicar más las faenas, la novillada se lidió en una tarde de fuerte viento de levante que impedía el temple y el mando necesarios en muchas ocasiones.

Fue en ese adverso contexto el que cobraron valor las actuaciones de la terna de novilleros, sobre todo las de Varea y de Cristian Climent, convertidos ya en dos firmes promesas de la cantera valenciana.

Varea, que ha dejado de usar en los carteles su poco torero nombre de pila -Jonathan-, fue quien hizo el toreo de mayor calidad de la tarde con ese tercer novillo que se salvó de la quema.

El novillero de Castellón le ligó al de Talavante, un animal que se movió con más entrega pero con poco ritmo, varias series de naturales y derechazos de mucha solidez, con un largo trazo derivado del temple de sus muñecas y que le valieron la primera oreja de la tarde.

El sexto, en cambio, fue un novillo que no se empleó, pero al que Varea también pegó algunos muletazos largos hasta que el animal acabó por negarse.

También destacó ante las dificultades el valenciano Cristian Climent que le puso muy buena actitud a la lidia del desrazado segundo para sacarle con firmeza algunos naturales largos.

Perdió con éste un posible trofeo por sus fallos con la espada, pero lo aseguró con el quinto, mansón y siempre a punto de rajarse, al que fue desengañando a base de un sereno valor y con una absoluta entrega.

No dudó nunca Climent ante las inciertas embestidas, para sacar así lucimiento de donde no lo había, incluso cuando el animal se puso reservón, hasta pasarse los pitones por la faja en unas ajustadísimas mondeñinas.

Por su parte, el toledano Álvaro Lorenzo se dilató en el imposible de sacar muletazos limpios, en medio de un vendaval, a un primero novillo que protestó por falta de raza.

También fue largo su trasteo con el cuarto, un utrero con temperamento y áspera movilidad ante el que se fajó sin volver la cara pero sin obtener más resultados que una fuerte voltereta que tampoco le amilanó.

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