La terna y el mayoral de Mollalta, a hombros en Puebla de Don Rodrigo

  • Los diestros Víctor Puerto, Aníbal Ruiz y Sánchez Vara salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería de Mollalta en el festejo celebrado hoy en la localidad ciudadrealeña de Puebla de Don Rodrigo.

Puebla de Don Rodrigo (Ciudad Real), 30 ago.- Los diestros Víctor Puerto, Aníbal Ruiz y Sánchez Vara salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería de Mollalta en el festejo celebrado hoy en la localidad ciudadrealeña de Puebla de Don Rodrigo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Mollalta, de aceptable presencia, excepto el pitón izquierdo del primero, y de juego variado. Primero justo de casta, segundo con clase, tercero manso encastado y yendo a más, cuarto sosote pero con calidad, quinto encastado aunque sin terminar de humillar, premiado con la vuelta al ruedo, y sexto con genio.

Víctor Puerto, dos orejas y oreja.

Aníbal Ruiz, ovación, y dos orejas y rabo.

Sánchez Vara, dos orejas tras aviso, y dos orejas y rabo.

La plaza tuvo dos tercios de entrada.

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LOS DE MOLLALTA NO DEFRAUDARON

El lote de la corrida celebrada en Puebla de don Rodrigo se lo llevó Aníbal Ruiz, quien estuvo especialmente templado en su primero, un toro que se vino arriba y a mejor una vez que fue sacado a los medios. Allí acertó a perderle pasos para citar, embarcar y conducir el viaje del un toro con ritmo, cadencia y largura, en una faena en la que primó el toreo sin efectos especiales.

Su segundo tuvo motor, pero le faltó humillar. Si así lo hubiera hecho y no se hubiera aburrido un tanto al final, bien pudiera habérsele concedido el indulto, que fue pedido aunque sin unanimidad. Además, Aníbal brindó a la ganadera la faena, que resultó meritoria, sin olvidar el magnífico puyazo del picador Ignacio Sánchez, mayoral de Víctor y Marín, y nacido, además, en Puebla de don Rodrigo.

A Víctor Puerto le fueron concedidas dos orejas en su primero por una faena a un toro rebrincado que no terminó el viaje, al que era imposible hacerle nada lucido en aire clásico. Y sin embargo solo le concedieron una en el cuarto de la tarde, al que llevó al ralentí por momentos, ya que así embestía el toro, el cual se dejó las fuerzas en el peto del picador.

A Sánchez Vara le correspondió el mejor toro de la corrida (junto con el segundo). Saltó en tercer lugar y fue a más en toda su lidia, una constante de casi toda la corrida. Persiguió la muleta del alcarreño haciendo el avión por los dos pitones, y fue hasta donde le llevaron. Buen toro, al que le dieron más cantidad que calidad de muletazos.

Sin embargo anduvo realmente firme en el que cerró plaza, un toro con genio que pegaba un tornillazo defensivo a mitad de viaje y que, ocasionalmente, buscó la taleguilla del torero. Y la encontró, aunque afortunadamente sin consecuencias.

Cabe señalar que la lidia de este toro contó con el aderezo que supuso el salto a la garrocha durante el segundo tercio, protagonizado con vistosidad por el matador de Guadalajara.

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