Las pericias de Bobby McFerrin y la extraña noche acústica de Al di Meola

  • Bobby McFerrin ha renovado su poder de convocatoria en la tercera jornada del Festival de Jazz de San Sebastián, que ha cerrado Al di Meola con un extraordinario y accidentado concierto acústico, en el que el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba ha sido compañero fundamental McFerrin, en una nueva visita al Heineken Jazzaldia, conseguía completar prácticamente el aforo del auditorio del Kursaal junto al cuarteto The Yellowjackets, acoplado como un guante a las pericias vocales del músico neoyor

Ana Burgueño

San Sebastián, 22 jul.- Bobby McFerrin ha renovado su poder de convocatoria en la tercera jornada del Festival de Jazz de San Sebastián, que ha cerrado Al di Meola con un extraordinario y accidentado concierto acústico, en el que el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba ha sido compañero fundamental

McFerrin, en una nueva visita al Heineken Jazzaldia, conseguía completar prácticamente el aforo del auditorio del Kursaal junto al cuarteto The Yellowjackets, acoplado como un guante a las pericias vocales del músico neoyorquino.

Un sosegado inicio, con tres temas un tanto monocordes, dio paso a "Friends", canción del disco "Bang! Zoom", que imprimió ritmo a la velada. A partir de ahí, ya no hubo resquicios para el tedio.

McFerrin conversó consigo mismo, con su prodigiosa habilidad para combinar ritmos y texturas, pero también entabló fantásticos diálogos con los músicos. Muy vibrantes los que mantuvo con Bob Mintzer al saxo y William Kennedy a la batería, que fueron aplaudidísimos.

En el ecuador del concierto, el escenario fue sólo para McFerrin, que se lanzó a un vertiginoso viaje por todos los registros de su voz, e invitó al público a seguirle.

Continuó tarareando, cantando y bromeando, y retando al público a secundar sus juegos vocales.

Y en los bises, se situó junto al escenario con dos micrófonos, uno orientado hacia la audiencia, a ver si había algún valiente dispuesto a salir a escena. Y lo hubo, un joven de las primeras filas, que intentó emular al maestro, y que también se llevó su tanda de aplausos antes de la despedida de McFerrin, con toda seguridad bienvenido en futuros regresos.

En la plaza de la Trinidad cerraba la noche Al di Meola al frente de su proyecto World Sonfonia, una raro formato de dos guitarras, acordeón y batería, junto al pianista Gonzalo Rubalcaba.

Arrancaron con la pieza "Misterio", parte de la cual estuvo el guitarrista de New Jersey haciendo gestos a los técnicos de sonido. Algo debía estar pasando, imperceptible para el público, que acabaron todos abandonando el escenario, después de que Meola dijera que lo que el deseaba era ofrecer "el mejor 'show'".

Practicados los ajustes necesarios, los músicos volvieron a sus puestos y siguieron tocando, con un Di Meola al que se veía incómodo.

No llegó su primera sonrisa hasta el sexto tema, cuando ofrecieron una bella versión del "Doble concierto", de Astor Piazolla, del que luego repitieron una pieza más, con una sobresaliente ejecución del superexpresivo acordeonista Fausto Beccalossi.

El guitarrista y el músico cubano tuvieron cada uno su intervención en solitario, magníficas en cada caso, aunque los primeros minutos de Rubalcaba al piano fueron acompañados por un molesto ruido ambiente, que disipó en gran medida con una gran parte final.

Interpretaron la espléndida "Mediterranean Sundance" en el bis y dijeron adiós pasados 30 minutos de la medianoche, ya en el domingo en el que Al di Meola cumple 58 años.

La sesión de "la Trini" la abría este sábado Ninety Miles, un trío formado por tres músicos con grandes carreras por separado, el vibrafonista Stefon Harris, el saxofonista David Sánchez y el trompetista Nicholas Payton, junto a cuatro instrumentistas más: Edward Simon (piano), Ricky Rodríguez (bajo), Terreon Gully (batería y Mauricio Herrera (percusión).

En total, un cubano, un venezolano, dos puertorriqueños y tres estadounidenses, cuya actuación no estuvo tan cerca de los ritmos latinos como se podía esperar de un grupo que debe su nombre, Noventa Millas, a la distancia que separa Cuba de Florida.

Además de temas como "Brown Belle Blue" y "The forgotten ones", incluidos en el disco bautizado también "Ninety Miles" (en el que en lugar de Payton participó Christian Scott), cada miembro del trío interpretó composiciones propias. Y potentes.

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