Lita Cabellut, el pincel que rescata el alma gitana de Coco Chanel

  • La icónica Coco Chanel y la pintora española Lita Cabellut tienen rasgos de vida comunes como la pobreza, el abandono o el desgarro familiar que la retratista gitana ha querido plasmar en una serie de 33 inmensos retratos que hoy expone en París sobre la mujer que revolucionó el mundo de la moda.

Javier Albisu

París, 13 oct.- La icónica Coco Chanel y la pintora española Lita Cabellut tienen rasgos de vida comunes como la pobreza, el abandono o el desgarro familiar que la retratista gitana ha querido plasmar en una serie de 33 inmensos retratos que hoy expone en París sobre la mujer que revolucionó el mundo de la moda.

Cabellut, hija de una prostituta y criada 13 años entre las calles de Barcelona y los orfanatos, siente que su alma está conectada con la controvertida y genial Coco Chanel, a quien pinta en gran formato, con trazos violentos y expresivos sobre telas cuarteadas que recuerdan a los óleos de Lucian Freud, uno de sus grandes maestros.

"Es empezar un poco con la parte oscura que te puede dar la vida, la parte difícil, problemas familiares, el abandono de su padre, el estar en una especie de convento u orfanato... todo esto es muy parecido a mi vida. Yo solamente puedo pintar los personajes en los cuales me reconozco o puedo entender de qué están tratando", explica a Efe la artista en la Opera Gallery, a dos pasos de donde Coco inició su carrera en la moda.

Sus personajes, sean estos alcohólicos y vagabundos, Camarón de la Isla, Don Quijote y Sancho Panza, Trotsky, Diego Rivera y Frida Kahlo o Édith Piaf, siempre tienen algo que ver con Cabellut, quien a los 19 años partió rumbo a Amsterdam para estudiar Bellas Artes y quien ahora está afincada en La Haya.

De Coco Chanel (1883-1971) se queda con la parte "realmente positiva de la vida" y no solo con lo que fue sino con "lo que ha dejado en la historia" y "lo que hemos hecho todos de ella".

"Fue una mujer muy valiente. Se atrevió a cambiar la imagen de la mujer, a liberar el espíritu de la mujer, a enfrentarse al hombre, a ver a la mujer no solo como un objeto entubado y torpe de movimiento. Le ha dado libertad de movimiento. Es una mujer que ha hecho muchísimo por la mujer", asegura.

Su trabajo, que ha expuesto en Londres, París, Berlín, Nueva York, Maastrich, Amsterdam, Dubái, Seúl, Pekín, Shangai, Barcelona Oporto o Estocolmo, es una aproximación "periodística" a temas a los que después confiere una interpretación filosófica.

Amante confesa del ser humano en todo su esplendor, apasionada y entregada, reivindica el carácter gitano de su trabajo, explica sentada delante de sus retratos, agitando su mata de pelo negra mientras habla y acompañando su discurso con unas manos firmes y ensortijadas.

"En el estudio, por la mañana, antes de ponerme el café me pongo a Camarón de la Isla. Él es el que me da la inspiración y me marca el paso de las pinceladas. El canto hondo, el baile, una pincelada, un poema bien puesto, una historia bien contada o un beso bien dado, es lo mismo. Todo tiene que ver con el duende de la vida", resume.

Y es que cuando pinta, baila, dice. "Es una especie de ceremonia. Jamás pintaría sin emoción. O lloro, o bailo", insiste.

Esa danza pictórica se desarrolla sobre óleos de cuatro o cinco metros cuadrados, generalmente, trabajados en doce capas para conseguir un aspecto cuarteado que evoque "la buena piel" de los personajes que retrata.

"Las cicatrices son realmente venas que tienen las telas. Es una obsesión que tenía por darles piel a los personajes. Cuando ves a una persona, no solamente son los ojos y lo que dicen. En la piel puedes ver cómo una persona vive su vida, cómo un intelecto se desarrolla", explica.

"Después, van mis pinceladas. Son palabras. Cada cuadro que hago es una pequeña historia y cada pincelada una sílaba", añade Cabellut (Barcelona, 1961).

Consciente del rechazo del que ha sido o es objeto la comunidad gitana, explica que siempre ha considerado "el racismo como un signo de impotencia.

"Los racistas siempre me han dado pena porque no tienen educación, no saben cómo es la vida y no saben tratar al ser humano", destaca una mujer atípica que admira a talentos que han sabido romper moldes.

Una de las próximas series que va a hacer versará sobre la esquizofrenia y otra sobre la prostitución juvenil porque "me encanta investigar al ser humano".

"En Dubái voy a presentar una serie de treinta mujeres de diferentes continentes del mundo que han cambiado la sociedad, mujeres con un carácter fortísimo", concluye.

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