
El empresario argentino Eduardo Constantini ha adquirido la obra para su colección privada. De dimensiones pequeñas, alcanza un precio nunca visto para una obra de un artista latinoamericano.
El empresario argentino Eduardo Constantini ha adquirido la obra para su colección privada. De dimensiones pequeñas, alcanza un precio nunca visto para una obra de un artista latinoamericano.
El mural ha sido objeto de polémica desde principios de este año, cuando Vox presentó una iniciativa en la junta de distrito para sustituir estas pinturas por unas que representasen a deportistas paralímpicos.
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