Maalouf asegura que su primer país es la literatura, "donde me siento verdaderamente bien"

  • Oviedo.- El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2010, el libanés Amin Maalouf, ha confesado hoy que, dado que dejó su nación para vivir en otra (Francia) y se siente "entre dos países", el primero para él es la literatura ya que es donde se siente verdaderamente bien.

Maalouf asegura que su primer país es la literatura, "donde me siento verdaderamente bien"
Maalouf asegura que su primer país es la literatura, "donde me siento verdaderamente bien"

Oviedo.- El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2010, el libanés Amin Maalouf, ha confesado hoy que, dado que dejó su nación para vivir en otra (Francia) y se siente "entre dos países", el primero para él es la literatura ya que es donde se siente verdaderamente bien.

Así lo ha manifestado Maalouf en un encuentro con estudiantes de la Universidad de Oviedo, en el marco de las actividades organizadas esta semana en torno a la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, que se celebrará mañana en la capital asturiana.

En una reflexión sobre la vida, Maalouf ha comentado: "Vivimos en un mundo maravilloso, aunque hoy en día estamos perdidos y tenemos la necesidad constante de hacernos preguntas entre las que se encuentran las fundamentales, a dónde vamos y qué mundo queremos construir".

El premiado ha dicho que con su literatura intenta dar respuesta a estas preguntas.

Amin Maalaouf también ha hablado de su abuelo, como figura muy importante para él, que califica de "casi fantasmagórica", ya que nunca lo conoció y casi todo lo que conoce de él es a través de lo que pudo contarle su abuela, informaciones que admite como "puntuales".

En 2001, ha comentado que descubrió unos poemas que había escrito su abuelo que expresaban algo tan "profundo" sobre la inmigración, con los que, además de "emoción", sintió "miedo", y ha recordado que su obra "León el Africano" (2006) termina con una frase que había escrito su abuelo cien años antes.

Al ser preguntado por un representante de los alumnos sobre si su obra está dirigida a las generaciones venideras, Maalaouf ha comentado que no es legítimo mirar el porvenir con "desesperanza" y que hay que enfocarlo como un "combate".

En este sentido, ha informado de que la globalización va en una buena dirección, porque ayuda a que todos se sientan ciudadanos del mundo y que poder decirlo en voz alta "está muy bien", aunque ha reconocido que hay que esperar a que se asuma la pertenencia europea, porque -en su opinión- se ha perdido la magia que la palabra "Europa" tenía cuando él llegó a Francia y hoy se interpreta más como "burocracia de Bruselas".

En cuanto a la homosexualidad en relación con la persecución, conceptos presentes en su obra, ha explicado que a su juicio cuando alguien ha sido discriminado por su condición sexual o religión, entre otras razones, no puede identificarse con la nación que le ha "herido y maltratado" ni desearle la victoria.

Al ser preguntado sobre su opinión sobre la expulsión de gitanos por parte del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, Maalouf ha comentado que es una cuestión "muy inquietante", que seguramente se deba a motivos electorales y que en el marco de la Europa actual no se puede permitir la existencia de pasaportes de segundo orden.

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