Madrid. La comunidad expone su tradicional nacimiento que, por primera vez, el público puede rodear completamente


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguró este viernes el tradicional Nacimiento que la Asociación de Belenistas de Madrid instala en la Real Casa de Correos, que por primera vez el público que acuda a visitarlo podrá rodear completamente.

Según informa el Gobierno regional, compuesto por más de 700 figuras, además de un centenar de edificaciones manufacturadas a diversa escala que ocupan una superficie de 150 metros cuadrados, el Nacimiento podrá ser visitado hasta el próximo día 7 de enero, en la sede del Ejecutivo madrileño, de lunes a domingo (excepto el 1 de enero), en horario de 10.00 a 21.00 horas.
El acceso para los visitantes se hará por la calle San Ricardo, justo detrás del edificio de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol.
Aguirre animó una año más a todos los vecinos de la región a visitar el Belén e invitó también a "todos los que vengan a Madrid estos días de diciembre y enero, porque si los madrileños acogemos siempre con hospitalidad y cordialidad a todos nuestros visitantes, más aún lo hacemos en unas fiestas tan queridas por todos como las navideñas".
El Nacimiento es un diseño de gran realismo que pesa casi dos toneladas y media, entre cuyos componentes fundamentales destaca el entramado de madera y el empleo de corcho y musgo, así como diversidad de productos naturales que se precisan para conseguir una ambientación adecuada.
Las más de 700 figuras de las que se compone han sido realizadas artesanalmente con gran detalle, a mano, en barro cocido y policromada una a una. Todas ellas son obra del imaginero belenista José Luis Mayo Lebrija, asesor artístico de la asociación.
En su diseño e instalación se han invertido aproximadamente 5.000 horas de trabajo, para lo que se ha contado con la participación altruista de 50 personas de edades comprendidas entre los cinco y los 70 años.
Para el montaje del Nacimiento se han utilizado 900 kilogramos de corcho y más de 500 kilogramos de arena de río y de otros tipos, así como 5.000 tornillos de diferentes tamaños para ensamblarlo.
Con el fin de poder observarlo mejor, el público puede rodear completamente el Nacimiento, separándose para ello de los celajes que se han colocado en los arcos y que funcionan como una escenografía que cierra las vistas que se producen por cada uno de sus lados.

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